Cebolla Rosanna

La Cebolla Rosanna es una nueva variedad que se distingue por el color rosa claro de su piel y el sabor afrutado y sutil de su carne, más suave que la de las cebollas amarillas. Produce bulbos casi redondos, cuya carne es blanca con anillos rosados. Excelente cruda o cocida, permite preparar ensaladas y platos para disfrutar fríos o calientes. Se planta en marzo-abril (o desde octubre en regiones templadas) en una tierra bien preparada, ligera y rica, y se cosecha cuando está madura desde mediados de julio hasta agosto. Variedad de buen rendimiento, sabrosa, intermedia entre la cebolla blanca y la cebolla roja.

La cebolla es una planta herbácea que produce un bulbo único coronado por tallos huecos y cilíndricos. Pertenece a la familia de las Liliáceas, como el ajo, la chalota y el cebollino. La cebolla se cultiva principalmente por su bulbo y a veces por sus tallos, consumidos al estilo del cebollino.

Se distinguen, según el color del bulbo, 3 grupos de cebollas:

• las cebollas blancas, de primicia, consumidas en macetas de vegetales por ejemplo o encurtidas en vinagre,
• las cebollas amarillas, de conservación, a menudo consumidas cocidas (sopas, pissaladières, confitadas como acompañamiento de quesos o embutidos),
• las cebollas rojas, preferiblemente consumidas crudas en ensaladas.

También existen cebollas rosadas, menos comunes, como la cebolla rosada de Roscoff

Rica en vitaminas A, B, C y minerales, la cebolla suele ser más digerible cocida y adquiere un sabor más dulce. Posee propiedades diuréticas y antisépticas. Para evitar llorar al cortar una cebolla, puedes pelarla bajo el grifo o en un recipiente con agua.

Históricamente, la cebolla es originaria de Asia Central, donde se consume desde hace más de 6000 años. Su presencia también se ha constatado en las tumbas de los faraones como provisión. Sus virtudes terapéuticas y gustativas ya eran reconocidas. Los romanos introducirían mucho más tarde la cebolla en toda Europa Occidental. También cabe destacar que fue Cristóbal Colón quien la introdujo en las Américas durante su segundo viaje.

La cosecha: Las cebollas blancas se cosechan en primavera cuando las hojas aún están verdes. Las cebollas de color (amarillas y rojas) se cosechan en verano cuando los tallos estén completamente secos y caídos al suelo. Arráncalas con cuidado y déjalas secar de nuevo dos o tres días en el suelo al sol. Retira el exceso de tierra seca frotándolas ligeramente.

La conservación: Las cebollas pueden conservarse varios meses en buenas condiciones. Si las hojas lo permiten, puedes hacer una trenza y luego colgar los racimos obtenidos. De lo contrario, corta las hojas y conserva las cebollas en un lugar oscuro, fresco, seco y aireado. Verifica previamente que no hayan sufrido golpes para evitar la putrefacción que podría contaminar toda la cosecha.

El truco del jardinero: alterna las hileras de cebollas y zanahorias para alejar la mosca de la zanahoria y la cebolla. Además, a la cebolla le gusta la compañía de remolachas, fresas y lechugas.