Bersín - Trifolium alexandrinum

El trébol de Alejandría es una leguminosa anual, utilizada como abono verde en una parcela no cultivada o como planta forrajera. Tiene la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en sus raíces. Es una planta herbácea melífera con flores de color blanco rosado. Este abono verde permitirá aflojar la tierra, limitar la aparición de malas hierbas y combatir la lixiviación del suelo o la compactación debida a las lluvias. Siembra de abril a agosto.

El trébol de Alejandría pertenece a la familia de las fabáceas (anteriormente leguminosas) y al género Trifolium, al igual que el trébol blanco o el trébol violeta. Estos diferentes tréboles se caracterizan por sus hojas con 3 folíolos y por su capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico, lo que permite a la planta enriquecer el suelo con nitrógeno una vez cortada si se deja en el suelo como mantillo. El trébol de Alejandría es poco resistente al frío (hasta -5 °C) y tiene un crecimiento rápido. Durante el verano, florece en forma de cabezas esféricas de color blanco rosado. El trébol de Alejandría se desarrolla bien en todo tipo de suelos, excepto en suelos demasiado pesados.

Muy utilizados en jardines cultivados de manera orgánica, los abonos verdes como el trébol de Alejandría tienen múltiples ventajas. Nutren y purifican el suelo aportándole diferentes nutrientes y estimulando la vida microbiana del suelo. Sus raíces aflojan la tierra, la descompactan y la airean. Además, la presencia de una cobertura vegetal protege los suelos de la lixiviación (pérdida de nutrientes en suelos arenosos), de la compactación debida a las lluvias (formación de una costra en suelos limosos) y de la erosión (debida al escurrimiento en caso de fuertes lluvias en terrenos inclinados). Esta cobertura vegetal también ayuda a limitar la aparición de malas hierbas evitando el crecimiento de hierbas no deseadas. Por último, los abonos verdes suelen ser melíferos y atraen a los polinizadores.

Los abonos verdes se siembran en parcelas no cultivadas o en parcelas intercalares, entre las filas de hortalizas. Se eliminan naturalmente por el frío o mediante corte antes de la formación de semillas. Una vez eliminados, pueden dejarse en el suelo como mantillo, triturarse e incorporarse a las capas superficiales del suelo, o recogerse y llevarse al compost.