Meliloto amarillo Abono verde

El Trébol Amarillo (Melilotus officinalis) es una leguminosa bienal, utilizada como abono verde y conocida por sus propiedades medicinales contra los problemas venosos. Es una planta herbácea melífera que ofrece en verano pequeñas flores amarillas en racimos. Este abono verde permite mejorar la tierra, limitar la aparición de malas hierbas y combatir la lixiviación del suelo o la compactación debida a la lluvia. Como todas las leguminosas, el trébol amarillo fija el nitrógeno atmosférico y enriquece el suelo si se siega y se deja en su lugar como mantillo. Siembra de mayo a septiembre.

El Trébol Amarillo pertenece a la familia de las Fabáceas (anteriormente leguminosas). Se encuentra frecuentemente en las praderas o en los bordes de los caminos y se utiliza como abono verde en el huerto. Es una planta de tallos erectos con hojas de 3 folíolos. El trébol amarillo florece durante todo el verano, con numerosas flores amarillas en racimos alargados que se convierten en vainas ovoides de color marrón. Su sistema radicular es potente. Esta planta contiene flavonoides y derivados cumarínicos, utilizados en fitoterapia para combatir los trastornos venosos.

Muy utilizados en los jardines cultivados de forma orgánica, los abonos verdes como el trébol tienen numerosas ventajas. Nutren y purifican la tierra aportándole diferentes nutrientes y estimulando la vida microbiana del suelo. Sus raíces van a mejorar la tierra, descompactarla y airearla. Además, la presencia de una cobertura vegetal protege los suelos de la lixiviación (pérdida de nutrientes en suelos arenosos), de la compactación debida a la lluvia (formación de una costra en suelos limosos) y de la erosión (debida al escurrimiento en caso de fuertes lluvias asociadas a un terreno en pendiente). Esta cobertura vegetal también ayuda a limitar la aparición de malas hierbas evitando el crecimiento de hierbas no deseadas. Por último, los abonos verdes suelen ser melíferos y atraen a los polinizadores.

Los abonos verdes se siembran en parcelas no cultivadas o en parcelas intercaladas, entre las hileras de verduras. Se destruyen naturalmente por el frío o mediante siega antes de la formación de semillas. Una vez destruidos, pueden dejarse en su lugar como mantillo, triturarse e incorporarse a las capas superficiales del suelo, o recogerse y llevarse al compost.