Calabacín Lorea F1

El Calabacín Lorea F1 es una variedad híbrida muy apreciada por el color claro de sus frutos, los cuales son de color blanco a verde muy claro, cilíndricos, delgados, de sabor dulce y suave. Esta variedad, resistente y de media estación, es muy vigorosa y productiva, convirtiéndose en un calabacín de referencia en el mercado. El Calabacín es una planta hortícola fácil de cultivar que permite una cosecha abundante. En cocina, se utiliza a menudo cocido: salteado, frito, gratinado, en sopa o relleno, y por supuesto forma parte de los ingredientes de la ratatouille. El Calabacín también se puede consumir crudo, rallado y mezclado con otras verduras crudas. Las plantas de Calabacín blanco Lorea F1 se plantan de abril a julio, después de las últimas heladas, para una cosecha de julio a octubre.

El Calabacín (Cucurbita pepo) es una Calabaza de verano perteneciente a la familia de las Cucurbitáceas, al igual que otras Calabazas (calabaza, patidou, calabacita amarilla, calabaza muscat, pattypan, calabaza…) Todas son originarias de América y fueron introducidas en Europa en el siglo XVI. Híbridas fácilmente, las calabazas presentan una gran diversidad de colores (naranjas, verdes, rojos, amarillos, negros o incluso azules), tamaños y formas.

El Calabacín es una planta anual, de porte erecto, que ofrece hermosas flores amarillas de mayo a octubre. Se cosecha inmaduro, es decir, antes de su completo desarrollo. La mayoría de las variedades son no trepadoras, pero existen algunas variedades trepadoras que se extienden por el suelo y que necesitarán ser podadas. Los Calabacines pueden ser redondos o alargados, generalmente verdes pero a veces amarillos o blancos.

En cocina, los Calabacines se consumen a menudo cocidos: salteados, fritos, gratinados, en sopas o rellenos, y por supuesto forman parte de los ingredientes de la ratatouille. Los Calabacines también se pueden consumir crudos, rallados y mezclados con otras verduras crudas.

Son hortalizas frutos que necesitan riegos regulares para dar lo mejor de sí mismas. Les gusta el calor y el sol, y aprecian los lugares resguardados.

La cosecha: se realiza de julio a octubre, cortando los frutos con la ayuda de unas tijeras de podar. Recoja los Calabacines jóvenes y tiernos, sin dejar que crezcan demasiado (en promedio cada 2 días en plena temporada). Una cosecha regular favorecerá el desarrollo de nuevos frutos. También puede recolectar las flores macho (preferiblemente por la mañana) que se consumen rebozadas o rellenas. Las flores macho, que no producirán frutos, aparecen en tallos delgados y largos, no engrosados.

La conservación: Los Calabacines se conservan unos días a temperatura ambiente o en la parte baja del refrigerador, y durante varios meses cortados en trozos y congelados.

El truco del jardinero: interponga una losa de pizarra o una teja debajo del fruto. No estará en contacto directo con el suelo, evitando así que se pudra debido a la humedad.