Aguaymanto Goldita

El Physalis Goldita - Aguaymanto (Physalis peruviana), también conocido como Tomate verde o Alkékenge, es una planta vivaz cultivada principalmente como anual en nuestros climas. Produce pequeñas bayas naranjas, de 1,5 a 2 cm de diámetro, encerradas en un cáliz en forma de linterna. Estas frutas decorativas y comestibles son un poco más grandes que las del amor en jaula. Las plantas de Physalis Goldita se instalan al sol en abril y mayo para una cosecha de agosto a octubre.

El Aguaymanto pertenece a la familia de las Solanáceas y al género de los Physalis, como el amor en jaula o los tomatillos. Originaria de América del Sur, esta planta vivaz teme al frío y se cultiva principalmente como anual en nuestros climas. Coloque el Aguaymanto en un lugar muy soleado ya que necesita calor para que las frutas puedan madurar. Con sus frutas tanto decorativas como comestibles, se puede cultivar en el huerto o en el jardín ornamental. Prevea un espacio suficientemente grande ya que el Aguaymanto se desarrollará hasta 80 cm de altura y anchura. Presenta un porte tupido, con grandes hojas velludas. En verano, aparecerán flores amarillas con el corazón negro que dejarán paso a las frutas. Estas son pequeñas bayas de color amarillo anaranjado, contenidas en un cáliz en forma de linterna. Inicialmente verde, el cáliz se secará y tomará un tono beige cuando las frutas estén maduras.

En cuanto a la cocina, las frutas con sabor dulce y ácido se consumen crudas, como aperitivo o postre. Un pequeño placer: ¡sumergir las bayas en chocolate derretido y dejar enfriar antes de morder! Las frutas también se pueden cocinar para hacer mermeladas, compotas o gelatinas. También puede simplemente decorar sus platos colocando la 'linterna' ligeramente abierta.

La cosecha: se realiza de agosto a octubre. El cáliz en forma de farol se seca y toma un tono beige. Recoja las frutas con su envoltura, 2 a 3 veces por semana. Recolecte solo las frutas bien maduras porque, como todas las Solanáceas, la planta y las frutas no maduras son tóxicas.

La conservación: deje la envoltura alrededor de las frutas. Consérvelas varias semanas, colocadas en cajones sin contacto entre sí, a temperatura ambiente.

El truco del jardinero: para mantener la frescura del suelo en verano, le recomendamos instalar un mantillo con capas finas sucesivas de césped cortado, preferiblemente mezclado con hojas secas. Esta protección, que permite que el suelo permanezca húmedo, también reduce el deshierbe.