Perejil italiano Amsterdam

El Perejil común de Ámsterdam es una variedad clásica, muy fácil de cultivar, que tiene la ventaja de crecer rápidamente y en todo tipo de suelos. ¡Asócielo con ajo y aceite de oliva y obtendrá la famosa persillade capaz de dar vida a cualquier plato de verduras! Siempre tenga a mano un tiesto de perejil que le será de gran ayuda en la cocina. La siembra del Perejil común se realiza desde febrero hasta julio. Las cosechas se escalonan así de mayo a octubre.

El perejil es una hierba aromática y condimentaria que también se utiliza como planta medicinal. Es rico en vitaminas, oligoelementos y minerales. Destaca por su alto contenido en vitaminas C y A: ¡100 g de perejil contienen cuatro veces más vitamina C que 100 g de una naranja y cuatro veces la dosis diaria necesaria de vitamina A! Es estimulante para el sistema nervioso, combate eficazmente la anemia y tiene propiedades desintoxicantes.

No es de extrañar que en la antigua Grecia simbolizara la fuerza y fuera adorado por los romanos, quienes lo introdujeron en muchos países de su imperio. Cayó en desgracia en la Edad Media, donde se le asociaba con el diablo. La explicación probablemente radica en la germinación un tanto caprichosa de la planta. Este bienal originario del Cercano Oriente se cultiva como anual, a menos que se desee dejarlo florecer y recolectar su semilla. Entonces produce umbelas de diminutas flores verde-amarillentas a blancas. Pero es por sus hojas que se cultiva el perejil. Contiene aceites esenciales que perfuman el entorno al menor roce. Son de un verde intenso, divididas en tres folíolos y luego en lóbulos profundamente marcados. A veces se confunde el perejil con la cicuta menor, una planta tóxica, cuyas hojas son similares pero despiden un olor desagradable. El perejil tuberoso, por su parte, se cultiva tanto por su raíz pivotante como por su follaje. Los tallos de perejil pueden alcanzar los 60 cm de altura.

A menudo se incluye en los ramos de hierbas junto con tomillo, laurel y romero. Es muy apreciado en las persillades que acompañan a las judías verdes, los caracoles, etc. También se usa con frecuencia como elemento decorativo en los platos.

La cosecha: generalmente tiene lugar tres meses después de la siembra. Se realiza cortando con tijeras directamente o pellizcando según sea necesario en la cocina. Este corte estimula la planta y favorece la formación de nuevos brotes. Es útil tener sus hierbas aromáticas a mano, en macetas en el alféizar de la ventana o cerca en el jardín para no tener que atravesar todo el huerto cada vez que las necesite.

La conservación: el perejil es mejor consumirlo fresco, pero también se congela muy bien. Para ello, lávelo y déjelo secar bien. Agrupe los tallos en manojos que colocará en una bolsa de congelación. Así podrá conservarlo todo el invierno y usarlo según sus necesidades. Si prefiere dejarlo secar, lave los tallos, séquelos cuidadosamente y luego déjelos secar con las cabezas hacia abajo en un lugar seco. Cuando los tallos se vuelven quebradizos, desmenúcelos y transfiéralos a un recipiente hermético.

El truco del jardinero: se dice que el perejil refuerza el aroma de las rosas. Para evitar la mosca de la zanahoria, que también adora el perejil, plántelos al pie de sus lavandas para ahuyentarlas. Rábanos y perejil se potencian mutuamente, mientras que la presencia de perejil inhibe el crecimiento del apio-nabo.