Cebolla Pompeii

La cebolleta blanca de Pompeya es una variedad temprana que produce hermosos bulbos blancos redondos y planos, con un sabor suave. Recomendada para los cultivos rápidos, se siembra en primavera o a finales de verano y se cosecha de abril a julio.

La cebolleta es una planta cultivada como hortaliza y condimento. Se consume el bulbo carnoso, a veces los tallos al estilo de la ciboulette.

Se distinguen, según el color del bulbo, 3 grupos de cebolletas:

las cebolletas blancas, de temporada, consumidas en los platos de verduras por ejemplo o en vinagre,

las cebolletas amarillas, de conservación, a menudo consumidas cocidas (sopas, pissaladières, compotas como acompañamiento de quesos o embutidos),

las cebolletas rojas, preferiblemente consumidas crudas en ensaladas.

Rica en vitaminas A, B, C y minerales, la cebolleta suele ser más digerible cocida y adquiere un sabor más dulce. Para evitar llorar al cortar una cebolleta, puedes pelarla bajo el grifo, en un recipiente con agua o ¡ponerte gafas de piscina!

Históricamente, la cebolleta es originaria de Asia Central, donde se consume desde hace más de 6000 años. También se ha encontrado en las tumbas de los faraones como provisión. Sus virtudes terapéuticas y gustativas ya eran reconocidas. Los romanos introducirán más tarde la cebolleta en toda Europa occidental. También hay que mencionar que Cristóbal Colón la introdujo en las Américas durante su segundo viaje.

La cosecha: Las cebolletas blancas se cosechan en primavera cuando el follaje aún está verde. Las cebolletas de color (amarillas y rojas) se cosechan en verano cuando los tallos están completamente secos y caídos al suelo. Arráncalos con cuidado y deja que se sequen de nuevo durante dos o tres días al sol, sobre el suelo. Elimina el exceso de tierra seca frotándolos ligeramente.

La conservación: Las cebolletas se pueden conservar varios meses en buenas condiciones. Si los tallos lo permiten, puedes hacer una trenza y luego colgar los racimos obtenidos. De lo contrario, corta las hojas y conserva las cebolletas en un lugar oscuro, fresco, seco y aireado. Verifica previamente que no hayan sufrido golpes para evitar la putrefacción que podría contaminar toda la cosecha.

El truco del jardinero: alternar filas de cebolletas y zanahorias para alejar la mosca de la zanahoria y de la cebolleta. Además, a la cebolleta le gusta la compañía de remolachas, fresas y lechugas.