Coliflor Tardif d'Angers

La Coliflor Tardía de Angers es una variedad tradicional, resistente que produce en primavera hermosas cabezas (aproximadamente 1,5 kg) blancas, densas y de grano muy fino. Esta coliflor es resistente al frío (al menos hasta -5°C) y se conserva bien. Es perfectamente adecuada para la congelación. Se siembra de mediados de julio a mediados de septiembre para una cosecha de marzo a junio.

De un bonito blanco inmaculado e incluso, desde hace algunos años, alegremente amarillo, naranja o violeta, la Coliflor es una verdura de flor cuyo meristemo carnoso es comestible. Pertenece a la gran familia de las Brassicáceas (antes Crucíferas) y lleva el nombre latino de Brassica oleracea botrytis. A veces llamado Col Choux de Chypre, la coliflor es una planta hortícola bienal cuyo origen supuesto es China.

Consumida por primera vez en Alemania hace solo 300 años, esta verdura ha encontrado un lugar destacado en nuestras cocinas porque se presta a numerosas preparaciones. Se consume cruda en ensalada o cocida, natural, gratinada con bechamel o acompañada de una salsa de curry que complementa muy bien su sabor. Es una verdura baja en calorías y rica en vitamina C.

Existen numerosas variedades de Coliflores y, cada una de ellas corresponde a un período de cultivo distinto que es importante respetar. Así, eligiendo cuidadosamente sus semillas, podrá disponer de esta verdura durante todo el año.

La Coliflor es una verdura exigente, requiere una excelente fumigación de fondo y una humedad regular.

Cosecha: La Coliflor se cosecha cuando su cabeza está bien compacta cortándola simplemente al ras del suelo.

Conservación: la Coliflor no se conserva muy bien. Es preferible consumirla rápidamente después de la cosecha. Se conserva unos días en el refrigerador. Puede congelarla perfectamente después de haberla blanqueado 3 minutos en agua hirviendo con sal.

El truco del jardinero: Principal enemigo de la col, el Pieris brassicae es una bonita mariposa blanca crema con pequeñas manchas negras que se despierta desde abril-mayo para causar estragos durante todo el verano devorando sus hojas. Si la pulverización de una solución a base de Bacillus Thuringiensis constituye una medida curativa aceptable, preferimos, en nuestro caso, optar por la prevención instalando de manera hermética, sobre arcos de hortalizas, un velo anti-insectos. Estos velos son fáciles de colocar y reutilizables para proteger, por ejemplo, sus cultivos de zanahorias y puerros.