Coliflor Winter Aalsmeer

El Coliflor Winter Aalsmeer (en latín, Brassica oleracea botrytis) es una variedad muy resistente, premiada por la prestigiosa Royal Horticultural Society, que soporta muy bien el frío y produce hermosos ramilletes blancos crema, bien protegidos por su follaje. Su crecimiento es lento, lo que lo convierte en un cultivo de "larga duración". Esta coliflor se siembra de mayo a junio para una cosecha 40 a 46 semanas más tarde.

De un bonito blanco inmaculado e incluso, desde hace algunos años, alegremente amarillo, naranja o violeta, la Coliflor es una verdura de flor cuyo meristemo carnoso se consume. Pertenece a la gran familia de las Brassicáceas (ex Crucíferas) y lleva el nombre latino de Brassica oleracea botrytis. A veces llamado Col de Chipre, la Coliflor es una planta hortícola bienal cuyo origen supuesto es China.

Consumida por primera vez en Alemania hace solo 300 años, esta verdura ha encontrado un lugar destacado en nuestras cocinas porque se presta a numerosas preparaciones. Se consume cruda en ensalada o cocida, natural, gratinada con bechamel o acompañada de una salsa al curry que complementa muy bien su sabor. Es una verdura baja en calorías y rica en vitamina C.

Existen muchas variedades de Coliflores y, cada una de ellas corresponde a un período de cultivo distinto que es importante respetar. Así, al elegir cuidadosamente sus semillas, podrá disponer de esta verdura durante todo el año.

La Coliflor es una verdura exigente, requiere una excelente fumigación de fondo y una humedad regular.

Cosecha: La Coliflor se cosecha cuando su cabeza está bien compacta, simplemente cortándola al ras del suelo.

Conservación: la Coliflor no se conserva muy bien. Es preferible consumirla rápidamente después de la cosecha. Se conserva unos días en el refrigerador. También se puede congelar después de blanquearla durante 3 minutos en agua hirviendo salada.

El consejo del jardinero : Principal enemigo de la col, la Pieride del col (Pieris brassicae) es una bonita mariposa blanca crema con pequeñas manchas negras que se despierta desde abril-mayo para actuar durante todo el verano devorando sus hojas. Si la pulverización de una solución a base de Bacillus Thuringiensis constituye una medida curativa aceptable, preferimos, en nuestro caso, optar por la prevención instalando de manera hermética, sobre arcos de hortalizas, un velo anti-insectos. Estos velos son fáciles de colocar y reutilizables para proteger, por ejemplo, sus cultivos de zanahorias y puerros.