Limonaria (semilla) - Cymbopogon citratus

La Melisa es una hierba vivácea tropical que forma un grupo de hojas lineales con un sabor a limón muy exótico. Es una planta bastante exigente que recompensará al jardinero más atento con su aroma inimitable, indispensable en la cocina asiática.

En la cocina, se utilizan los tallos de la Melisa para aromatizar numerosos platos asiáticos, especialmente vietnamitas, como el Pollo a la hierba Luisa o los caldos de camarones.

Tiene un porte en mata bastante suelto y puede alcanzar, si se cultiva en buenas condiciones, una altura de 90 cm. Sus hojas son lineales de un verde bastante pálido. Sus tallos son huecos y bulbosos en sus bases. Son estos los que se consumen, preferiblemente tiernos y frescos, finamente picados.

Es importante saber que es una planta bastante sensible al frío, exigente en calor y agua. Por lo tanto, su cultivo en terreno abierto está reservado para climas particularmente suaves, suelos ricos y bien drenados y... ¡jardineros un poco experimentados! Cultivada bajo invernadero, deberá protegerse en invierno si este no está calefaccionado, ya que no tolera bien las temperaturas inferiores a 10ºC. Dado que tampoco tolera la humedad invernal (¡sí, un pie de Melisa se gana!), le recomendamos encarecidamente cultivarla en macetas (de 30 cm de diámetro, como mínimo) que podrá resguardar en un lugar luminoso al aparecer las primeras heladas.

A veces se confunde la Melisa con la Hierba Luisa o la Mélisse, dos aromáticas con fragancias cítricas aunque bastante diferentes.

Recolección: la recolección se realiza de mayo a octubre, según las necesidades.

Conservación: la Melisa se conserva algunos días en el refrigerador o, algunos meses mediante secado o congelación. Sin embargo, es preferible consumirla fresca para disfrutar plenamente de su aroma.

El consejo del jardinero: Para reducir los riegos, le recomendamos, a partir de finales de mayo, mulchar el suelo con capas finas sucesivas de césped cortado, preferiblemente mezclado con hojas secas. Esta protección, que permite que el suelo se mantenga húmedo, también reduce el deshierbe.