Arúgula - Eruca sativa

La rúcula cultivada es una planta hortícola muy aromática de cultivo fácil. A medio camino entre la ensalada y el condimento, sus hojas exhalan un sabor pronunciado. Su crecimiento es rápido y puede ser cosechada durante todo el año siempre que esté protegida del frío. Siembra de marzo a agosto.

Sus hojas tiernas con un sabor potente se utilizan en ensaladas, solas o en mezclas (mesclun), y aromatizan platos italianos como lasañas y pizzas. Es una planta rica en vitamina C y hierro.

La rúcula cultivada no es exigente, idealmente se cultiva en suelos húmicos, frescos y drenantes, pero también se adapta perfectamente a suelos comunes.

Cosecha: Se recomienda espaciar las siembras para disponer de ellas a lo largo de un largo período. Simplemente se corta al ras del suelo.

Conservación: Las hojas de rúcula se conservan unos días en el refrigerador. Para disfrutar plenamente de su aroma, recomendamos consumirla recién cosechada.

El truco del jardinero: Las altises, diminutos coleópteros, son aficionados a las hojas de rúcula que pican meticulosamente en tiempo seco y caluroso. Si la pulverización de purín de Tanaceto puede limitar los daños, la instalación de un velo anti-insectos desde la siembra sigue siendo el medio de lucha más eficaz, evitando el uso de insecticidas que, aunque sean de origen natural, no son sin consecuencias para el equilibrio del jardín.

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