Lechuga Divina - Vilmorin

La Lechuga Romana Divina es una variedad muy fiable que ofrece generosas cabezas bien densas. Es una ensalada de cultivo fácil ya que resiste tanto a las enfermedades como al calor. Siembra de febrero a agosto para una cosecha de julio a octubre.

Si la Lechuga es una de las hortalizas más apreciadas (se consumen 4,2 kilos al año por persona), es tanto por su frescura, su crujiente como por sus cualidades gustativas y nutricionales. Se consume cruda en ensalada pero también cocida, para acompañar a los guisantes verdes, por ejemplo.

Hortaliza de hoja por excelencia, la Lechuga es una planta anual que pertenece a la gran familia de las Asteráceas. Su nombre latino, Lactuca sativa, hace referencia tanto a la savia blanca (lactuca) que fluye cuando se corta como al hecho de que sea cultivada (sativa).

Es una hortaliza imprescindible en todo huerto que se precie y existen tantas variedades que es posible cultivarla casi todo el año.

El cultivo de la Lechuga es fácil siempre y cuando se respete el calendario de siembra de cada variedad. Su crecimiento es rápido y se adapta a cualquier tipo de suelo, siempre que sea rico y se mantenga fresco.

Cosecha: Se realiza simplemente con un cuchillo cuando alcanza la madurez.

Conservación: la Lechuga se conserva algunos días en el frigorífico pero, para disfrutar al máximo de su frescura, le recomendamos consumirla justo después de cosecharla.

El truco del jardinero: En los días de intenso calor veraniego, las lechugas expuestas al pleno sol tienden a marchitarse lamentablemente. Para evitar este fenómeno, piense en protegerlas de los rayos demasiado ardientes con cajas volteadas. En nuestro caso, las lechugas de verano no se cultivan en filas, sino que se intercalan en diferentes lugares: al pie de los frijoles trepadores, en medio de los pepinos y las calabazas cuyo follaje proporciona una sombra beneficiosa.