Melón Petit gris de Rennes

El Melón Petit gris de Rennes sería el fruto de un cruce entre el melón Cantaloup (o Charentais) y el Sucrin de Tours. Produce una fruta más pequeña que la de sus progenitores, esférica y verde grisácea que se confunde con el follaje. Su pulpa naranja es en general más fina y dulce. Aclaremos que pertenece a la familia de los sucrinos. Está maravillosamente adaptado a los climas del Norte del Loira: donde los melones necesitan mucho calor, el Petit gris de Rennes soporta los climas más frescos. Sin embargo, es sensible a los golpes y bastante frágil. De hecho, su epidermis tiene solo un milímetro de espesor. Esta variedad antigua, que no ha sido objeto de mejoras, requiere las podas adecuadas para el melón. Por lo tanto, requiere mucho cuidado y atención, pero resulta muy gratificante por su sabor fino y dulce.
Su tamaño pequeño - unos diez centímetros de diámetro - facilita el enrejado mientras rentabiliza el espacio en el suelo. Lo cosecharás de julio a septiembre para siembras realizadas de marzo a mayo.

Es muy probable que el melón sea originario de Asia. Sin embargo, se encuentran las primeras evidencias tangibles en Egipto 5 siglos antes de Cristo, luego en Grecia y Roma, donde se consumía inmaduro, poco dulce y sazonado con sal y pimienta para realzar su sabor. Era entonces un manjar para Papas y Aristócratas. En el siglo XVI, se cultiva en todo el Sur de Francia. Poco a poco, se extiende por el Oeste de Francia para abastecer especialmente a la corte. Surgieron varias especies y numerosas variedades, mientras los métodos de preparación y cultivo del melón se diversificaban.
El melón es una fruta compacta, redonda u oblonga, de epidermis lisa, acanalada o reticulada. La pulpa muy acuosa puede ser verde, blanca, amarilla o naranja, y rodea una cavidad central llena de semillas. Se consume comúnmente crudo como entrante o postre dulce, pero también en sorbetes, mermeladas, compotas o almíbar. Los pequeños melones eliminados durante los aclareos y diversas podas se pueden preparar en encurtidos marinados en vinagre y acompañados de condimentos. El melón es muy hidratante, refrescante y diurético. Se dice que es rico en oligoelementos y en vitaminas B y C en particular. ¡Las variedades de pulpa naranja contienen además vitamina A (el famoso caroteno)!
Son herbáceas anuales rastreras cuyas flores femeninas se distinguen de las flores masculinas por su ovario inferior (debajo de la flor) marcando como un embrión de fruto. Se encuentran en las ramificaciones secundarias o terciarias de cada planta y formarán el fruto. En cuanto a las flores masculinas, siempre se insertan en las axilas de las hojas en el tallo principal.

La cosecha: se necesitan cuatro semanas entre la formación del fruto y el momento de la recolección. El dulce olor que emana del fruto y el pedúnculo a punto de desprenderse indican que ha llegado el momento.

La conservación: si no está abierto, el melón se puede conservar fácilmente varios días (no más de 5) en un lugar seco y aireado, por ejemplo en rejillas. Si se ha abierto o ha sufrido un golpe, se puede congelar. Deberás quitarle la piel, las semillas centrales, cortarlo en trozos y humedecerlo con jugo de limón.

El truco del jardinero: intercala una losa de pizarra o una teja debajo del fruto. Ya no estará en contacto directo con el suelo, evitando así que se pudra debido a la humedad. También piensa en mulchar alrededor de los pies, especialmente en pleno verano, ya que a los pies de melón les gustan los suelos frescos.
Los melones son muy propensos al oídio (enfermedad fúngica que deja como una pelusa blanca en la superficie de las hojas). Evita cuidadosamente regar las hojas o las flores. Los melones son frutas muy exigentes que pertenecen a la familia de las cucurbitáceas. Al igual que todos sus miembros - pepinos, sandías, calabazas, etc. - agotan los nutrientes del suelo. Por lo tanto, es importante no cultivar este tipo de hortalizas-fruta siempre en el mismo lugar o uno tras otro para no empobrecer excesivamente la tierra. Plántalos con orégano, se acompañan favorablemente tanto en el jardín como en el plato.