Melón Troubadour

El Melón Troubadour es un melón temprano de tipo Charentais o Cantaloup. Su epidermis es de color crema y bastante lisa, con costillas bien marcadas pero poco acentuadas. Posee una pulpa naranja brillante en su madurez, rica en vitamina A (¡carotenos!) y el fruto puede alcanzar 1 kg. Incluso si la planta ha sufrido un clima mediocre con muchas precipitaciones, los frutos no se agrietan fácilmente.
¿Quién en estos tiempos podría resistirse a la frescura que ofrece un trozo de melón en verano? Troubadour es una variedad extremadamente dulce y aromática cuando el fruto alcanza la madurez. Aunque se consume principalmente como entrante o postre, también es adecuado para acompañamientos salados. Embellece los carpaccios y marinados que se recomienda refrigerar al menos una hora antes de servir.
Troubadour se cosecha de julio a octubre para siembras realizadas de marzo a junio.

El melón muy probablemente es originario de Asia. Sin embargo, son en Egipto donde se encuentran las primeras evidencias tangibles hace 5 siglos antes de Cristo, y posteriormente en Grecia y Roma donde era consumido inmaduro, poco dulce y sazonado con sal y pimienta para realzar su sabor. Era considerado un manjar de Papas y Aristócratas. En el siglo XVI, se comenzó a cultivar en todo el Sur de Francia. Poco a poco se extendió al Oeste de Francia para abastecer principalmente a la corte. Surgieron varias especies y numerosas variedades, mientras los métodos de preparación y cultivo del melón se diversificaban.
El melón es una fruta compacta, redonda u oblonga, de epidermis lisa, acostillada o reticulada. Su pulpa muy acuosa puede ser verde, blanca, amarilla o naranja, y encierra una cavidad central llena de semillas. Comúnmente se consume crudo como entrada o postre dulce, pero también en sorbetes, mermeladas, compotas o jarabes. Los melones pequeños retirados durante los aclareos y podas se pueden preparar en encurtidos marinados en vinagre y acompañados de hierbas aromáticas. El melón es muy hidratante, refrescante y diurético. Se le atribuye ser rico en oligoelementos y vitaminas B y C en particular. Las variedades de pulpa naranja contienen además vitamina A (¡el famoso caroteno!).
Son herbáceas anuales rastreras cuyas flores femeninas se distinguen de las masculinas por tener el ovario inferior (debajo de la flor) marcando como un embrión de fruto. Se encuentran en las ramificaciones secundarias o terciarias de cada planta y darán origen al fruto. En cuanto a las flores masculinas, siempre se insertan en las axilas de las hojas en el tallo principal.

La cosecha: se necesitan cuatro semanas entre la formación del fruto y el momento de la recolección. El aroma dulce que desprende el fruto y el pedúnculo a punto de desprenderse señalan que ha llegado el momento.

La conservación: si no se ha abierto, el melón se puede conservar fácilmente varios días (no más de 5) en un lugar seco y aireado, por ejemplo sobre rejillas. Si se ha abierto o ha sufrido un golpe, se puede congelar. Para ello, se retira la piel, las semillas centrales, se corta en trozos y se humedece con jugo de limón.

El truco del jardinero: coloque una pizarra o teja debajo del fruto. No estará en contacto directo con el suelo, evitando así que se pudra debido a la humedad. También es recomendable mulchar alrededor de las plantas, especialmente en pleno verano, ya que a los melones les gustan los suelos frescos.
Los melones son muy propensos al oídio (enfermedad fúngica que deja como un polvo blanco en la superficie de las hojas). Evite cuidadosamente regar las hojas o las flores. Los melones son frutas muy exigentes que pertenecen a la familia de las cucurbitáceas. Al igual que todos sus miembros, como pepinos, sandías, calabazas, etc., agotan los nutrientes del suelo. Por lo tanto, es importante no cultivar este tipo de fruta-légume siempre en el mismo lugar o uno tras otro para no empobrecer demasiado el suelo.
Plántelos con orégano, se complementan favorablemente tanto en el jardín como en el plato.