Cebolla Sturon

La cebolla Sturon es una variedad productiva que produce cebollas amarillas ligeramente aplanadas y de sabor bastante pronunciado. Esta variedad es adecuada para la conservación invernal. Plante los bulbillos de febrero a abril (o en otoño para climas templados) y coseche las cebollas en julio y agosto.

La cebolla es una planta herbácea que produce un bulbo único coronado por tallos huecos y cilíndricos. Pertenece a la familia de las Liliáceas, como el ajo, la chalota y el cebollino. La cebolla se cultiva principalmente por su bulbo y a veces por sus tallos, que se consumen al estilo de la cebolleta.

Se distinguen, según el color del bulbo, 3 grupos de cebollas:

-          las cebollas blancas, tempranas, consumidas en ensaladas, por ejemplo, o encurtidas en vinagre, 

-          las cebollas amarillas, de conservación, a menudo consumidas cocidas (sopas, pissaladières, compotas como acompañamiento de quesos o embutidos), 

-          las cebollas rojas, preferiblemente consumidas crudas en ensaladas.

También existen cebollas rosadas, menos comunes, como la cebolla rosada de Roscoff.

Rica en vitaminas A, B, C y minerales, la cebolla suele ser más digestiva cocida y adquiere un sabor más dulce. Para evitar llorar al cortar una cebolla, puedes pelarla bajo el grifo, en un recipiente con agua o ¡usar gafas de natación!

Históricamente, la cebolla es originaria de Asia Central, donde se consume desde hace más de 6000 años. Su presencia también está atestiguada en las tumbas de los faraones como provisiones. Sus virtudes terapéuticas y gustativas ya eran reconocidas. Los romanos introducirían mucho más tarde la cebolla en toda Europa Occidental. Cabe señalar también que fue Cristóbal Colón quien la introdujo en las Américas durante su segundo viaje.

La cosecha: Las cebollas blancas se cosechan en primavera cuando el follaje aún está verde. Las cebollas de color (amarillas y rojas) se cosechan en verano cuando los tallos están completamente secos y doblados sobre el suelo. Arráncalos con cuidado y déjalos secar de nuevo dos o tres días al sol en el suelo. Retira el exceso de tierra seca frotándolos ligeramente.

La conservación: Las cebollas se pueden conservar varios meses en buenas condiciones. Si el estado de los tallos lo permite, puedes hacer una trenza y luego colgar los racimos obtenidos. De lo contrario, corta las hojas y guarda las cebollas en un lugar oscuro, fresco, seco y ventilado. Verifica previamente que no hayan sufrido magulladuras para evitar la putrefacción que podría contaminar toda la cosecha.

El truco del jardinero: alterna las hileras de cebollas y zanahorias para alejar la mosca de la zanahoria y de la cebolla. Además, a la cebolla le gusta la compañía de remolachas, fresas y lechugas.