Phlomis russeliana (semillas) - Salvia turca

La Phlomis russeliana, comúnmente conocida como Salvia turca o Phlomis de Russel, es una planta tapizante perenne interesante por su robustez y su aspecto inusual. Esta planta mediterránea tiene un atractivo follaje verde y tallos erectos con flores en verticilos, de color amarillo pálido. Se adapta tanto en macizos como en borduras o en un jardín de rocalla, donde se aprecia por su resistencia a la sequía y sus bajas exigencias.

Perteneciente a la familia de las Lamiáceas, la Phlomis russeliana es originaria de regiones mediterráneas, especialmente de Siria y Turquía. En su hábitat natural, se encuentra principalmente en zonas secas y soleadas, a menudo en suelos rocosos o pobres. Esta planta perenne de porte tupido puede alcanzar hasta 1 metro de altura y extenderse unos 60 a 80 cm de ancho. Su crecimiento es moderado pero regular, lo que le permite formar gradualmente extensos macizos estructurados. El follaje, verde grisáceo y velloso, persiste en invierno en regiones templadas. De todas formas, sigue siendo atractivo incluso fuera del período de floración. Los tallos florales, rígidos y erguidos, llevan verticilos de flores amarillo claro en forma de casco, que aparecen de junio a agosto. Estas flores, agrupadas en niveles a lo largo de los tallos, contrastan agradablemente con el follaje. Atraen a numerosos polinizadores. Los frutos de la Phlomis russeliana son cápsulas secas, llamadas aquenios, que se desarrollan en la base de las flores marchitas. De forma ovoide y de pequeño tamaño (3 a 4 mm), estos aquenios marrones contienen una sola semilla. A menudo persisten en la planta en otoño. La planta a veces se siembra de manera natural en el jardín, sin ser invasiva.

La Phlomis russeliana también se distingue por su resistencia al frío (hasta -15°C) y su tolerancia a la sequía una vez bien enraizada. Es una planta ideal para climas secos o jardines sin riego. Esta Salvia turca encuentra su lugar en macizos de perennes, jardines secos o mediterráneos, e incluso en borduras, a lo largo de los senderos. Su estructura vertical y sus flores en espigas amarillas permiten crear escenas dinámicas. Combina especialmente bien con otras perennes de sol y suelo seco como las Lavandas, las mentas de gato, la Lechetrezna del Mediterráneo (Euphorbia characias ssp. wulfenii) y las Milenramas (Achillea millefolium 'Terracotta'). La Phlomis russeliana también es muy eficaz para estabilizar pendientes o taludes. Puede usarse en masa para crear un efecto de pradera o en combinación con gramíneas de suelo seco para un efecto natural y fluido.