Aguileña azul - Aquilegia caerulea

La Aguileña azul es una ancolia muy sencilla, pero sin duda una de las más bellas. Originaria de las Montañas Rocosas, muestra un carácter muy rústico y un porte erguido y frondoso. Durante varias semanas a partir de la primavera, ofrece flores luminosas, de azul claro intenso a azul profundo, a veces bicolores, con una corola interna de pétalos blancos, alrededor de un corazón de estambres dorados. Vivaz de corta vida, se auto siembra fácilmente y es fácil de cultivar en cualquier suelo drenado pero fresco.

La Aguileña azul es una planta vivaz de la familia de las ranunculáceas, originaria de América del Norte, emblema del estado de Colorado. Crece específicamente en las zonas montañosas del sur de Montana hasta Nuevo México y del oeste de Idaho y Arizona, de este a oeste. Esta planta herbácea muestra un porte erguido y recto. Alcanza una altura de 20 a 60 cm. A finales de primavera y principios del verano, aparecen grandes flores inclinadas, de 6 a 10 cm de diámetro, llevadas por pedúnculos ramificados. Están provistas de largos espolones corneos. Con frecuencia bicolores, combinan el blanco y el azul lavanda profundo. A veces se observa la floración de algunas plantas rezagadas en otoño. El follaje caduco verde azulado es bastante decorativo, el recorte de las hojas basales da una impresión de ligereza. La floración alcanza su apogeo después de 2 o 3 años de cultivo. Esta planta no vive mucho tiempo, pero se auto siembra fácilmente en el jardín.

Ya se cultivaban Zapaticos de la Virgen en los parterres de la Edad Media, y los pequeños jardines amurallados han perpetuado la tradición. Compactas y discretas, son imprescindibles en los mixed-borders, donde aportarán ligereza y fantasía. Se pueden ubicar en muchos lugares del jardín, dejando un espacio de 30 cm alrededor de cada planta: en medio de un macizo de vivaces, en un bordillo, al pie de arbustos, en el borde de un bosque, en un talud. La Aguileña azul es magnífica en las rocallas frescas. No dudes en cortarlas apenas abiertas para hacer magníficos ramos. En los parterres, en un espíritu de 'jardín de cura', se pueden asociar con todo tipo de vivaces, como los Dedales, Corazones de María o las Campanillas de hojas de melocotón.