Amapola común Falling in Love - Papaver rhoeas

Esta selección de Papaver rhoeas o amapola de las mieses 'Falling in Love' es una mezcla de amapolas revoloteantes, dobles o semi-dobles, predominantemente rojas y rosas, compuesta por flores arrugadas bicolores o moteadas. Esta flor sencillísima es ideal para crear fácilmente una imagen inolvidable. Perfecta en jardines recién hechos, indispensable en zonas naturales, se siembra de manera natural con facilidad. Aprecia el pleno sol, se adapta a un suelo pobre, incluso pesado, calcáreo y degradado. Su siembra en su lugar es infalible.

La amapola de las mieses, también conocida como ponceau, o simplemente coquelicot, es una planta anual de la familia de las papaveráceas, originaria de Asia Menor. 'Falling in Love' es una mezcla de plantas procedentes de esta adorable mala hierba. De crecimiento rápido, estas plantas alcanzan en una temporada 80 cm de altura en floración por 30 cm de ancho. De apariencia frágil, al igual que sus tallos delgados, ásperos y poco ramificados, estas plantas forman matas de hojas alternas, divididas en lóbulos estrechos y dentados, cuyo poder se revela cuando emergen inevitablemente de suelos recién removidos, a partir de semillas a veces muy antiguas. Al romper el tallo, libera un jugo blanco y lechoso. La floración estival se extiende de junio a agosto, dependiendo del clima y la fecha de siembra. Las flores en copa abierta tienen varias filas de pétalos sedosos, ligeramente arrugados, todos bicolores con bordes más claros, a veces moteados, en diversos colores, desde blanco hasta rojo pasando por todos los tonos de rosa. El centro está provisto de numerosos estambres con anteras azul negruzco. Las flores dan paso a frutos que son cápsulas que contienen una gran cantidad de semillas que el viento dispersará.

A gusto en jardines salvajes, en jardines de cura y en jardines sin jardineros, las amapolas permiten crear rápidamente y sin esfuerzo océanos de flores infinitamente brillantes, conmovedoras en su sencillez, en perfecta armonía con la luz cruda del verano. Aunque no sean muy duraderas en ramos, las flores de la amapola tienen un encanto loco cuando acompañan en los macizos a los lirios de jardín, a las grandes margaritas o al follaje moviente de las gramíneas. Esta planta anual, al igual que los cosmos, no tiene igual para ocupar los terraplenes alrededor de las nuevas construcciones, los espacios libres entre las anuales o las grandes vivaces de floración tardía como los helianthus que toman el relevo, a pleno sol. Si aún así desea hacer ramos con sus flores, deberá cauterizar los tallos en el lugar donde fueron cortados, así evitará que las flores se marchiten en el día.