Aster alpinus - Aster alpino

El Aster alpinus, también conocido como aster alpino, es una pequeña vivácea originaria de las regiones montañosas de Europa. Forma rápidamente un tapiz, sobre una vegetación gaseada, ideal en rocallas. Oculta su follaje oscuro bajo grandes capítulos vivamente coloreados, blancos a azul-violeta con centro amarillo, durante todo el verano e incluso hasta el otoño, siempre que se cuide de espaciar las siembras. Completamente resistente, tolerante a la sequía, se sentirá a gusto a pleno sol, en cualquier suelo bien drenado, incluso calcáreo.

El aster alpino es una planta de la familia de las asteráceas, que aprecia el sol de praderas pedregosas secas o el suelo de bosques claros, hasta una altitud de 3000 m. Esta pequeña vivácea herbácea forma un tapiz de hojas verde oscuro que no supera los 25 cm de altura, extendiéndose como planta cubresuelos en al menos 30 cm de ancho. Su follaje está compuesto por hojas enteras, delgadas, pubescentes, de las que emergen de junio a septiembre tallos erectos, también pubescentes, que llevan capítulos solitarios vivamente coloreados, de 35 a 45 mm de diámetro, en la parte terminal. Las lígulas del contorno son blancas, azules, lilas o moradas según las plantas, siempre dispuestas en forma de collar alrededor de un centro formado por flores tubulosas amarillas. La floración es melífera y nectarífera.

Los asters alpinos son perfectos en rocallas y bordillos, donde forman mantos de color notables. La mezcla que te proponemos aporta a nuestros jardines el encanto de las praderas de montaña. Siémbralo en cualquier suelo bien drenado, será sublime en otoño en compañía de gramíneas ornamentales como Stipa tenuifolia, pequeños miscanthus, brizas o el Mulhenbergia capillaris. También se puede colocar sobre muros, junto a claveles deltoideos.