Guisante de olor Capri - Lathyrus odoratus

La Lathyrus odoratus 'Capri' es una bonita variedad de guisante de olor de la serie Spencer, que produce grandes flores de un suave azul lavanda, muy perfumadas. Esta planta anual voluble y florífera se distingue también por su vigor, lo que le permitirá colonizar amplias superficies, en el suelo o verticalmente. Escalará las mallas, cubrirá el suelo o caerá en románticas guirnaldas desde cestas colgantes. Sus flores son sublimes en ramos románticos.

El Lathyrus odoratus es una planta herbácea anual de la familia de las Fabáceas originaria del sureste de Italia y Sicilia. Trepa gracias a zarcillos, la variedad 'Capri' puede alcanzar hasta 2 m de altura y 30 cm de ancho en pocos meses, según las condiciones de cultivo. Sus hojas se disponen en pares en tallos cuadrangulares, provistos de estípulas en la base y prolongados en zarcillos. Su color es verde claro. La floración se produce de junio-julio a agosto-septiembre según la fecha de siembra. Las flores papilionáceas son grandes, agrupadas en racimos axilares y sostenidas por largos tallos erguidos hacia el cielo. Están formadas por 5 pétalos, siendo el superior, también el más grande, en forma de estandarte, mientras que los otros tienen una forma intermedia entre el labio y el tubo. Desprenden un delicado perfume, con un aroma floral suave con toques dulces, mielados y musgosos, muy femenino. El fruto es una vaina plana que se enrosca al expulsar sus semillas a distancia. Es imprescindible eliminar las flores marchitas, ya que la producción de semillas detiene inmediatamente la floración. Los guisantes de olor enraízan bastante profundamente en el suelo para extraer agua y nutrientes. 

Los guisantes de olor son insustituibles, su floración conmovedora y anticuada aporta mucho encanto a ramos, colgantes y a cualquier soporte que colonizan valientemente en una temporada. Déjalos trepar por una malla o una pequeña cabaña de jardín que transformarán durante un verano. Son igualmente encantadores en parterres de verano, aprovechando las plantas vecinas o arbustos como soporte. También pueden formar tapices de gran belleza, mezclando colores. Son inseparables de los pequeños jardines amurallados, al igual que las peonías, las malvarrosas, las digitales, las campanillas de hojas de melocotón y las aquilegias. También se instalan en suelos fértiles y regados del huerto, donde permiten formar una buena reserva de flores para cortar.