Clavel de moro Colossus

El Tagetes patula Colossus, también conocido como Tagete Colossus o tagete extendido Colossus, es una de las flores más espectaculares y fáciles de cultivar. Su floración se extiende a lo largo del verano, hasta las primeras heladas, ofreciendo enormes capitulos bien dobles de un amarillo oro jaspeado de rojo caoba. Precoz, florífero e infalible, esta variedad ya antigua sigue siendo muy popular. Es ideal en macizos o en macetas, y sabrá estar a la altura en todos los jardines, desde los más sencillos hasta los más elaborados. Se cultiva en suelos drenados, a pleno sol o en semisombra.

El Tagetes patula es una planta herbácea anual de la familia de las asteráceas, originaria de las regiones tropicales de las dos Américas, desde México hasta Bolivia. En poco tiempo forma un pequeño macizo extendido de 30 a 45 cm de altura, por 45 cm de diámetro, cubierto de un follaje verde oscuro, muy recortado, fuertemente aromático, cuyo olor puede no gustar a todos. La floración va de junio a octubre, eliminando regularmente las flores marchitas. 'Colossus' produce flores especialmente grandes, de al menos 10 cm de diámetro. Ofrece magníficos capitulos dobles, cuyas ligulas (las flores situadas en la periferia del capítulo, muy desarrolladas) están perfectamente dispuestas y se adornan con un amarillo oro muy intenso, jaspeado de rojo caoba. Esta planta se auto siembra fácilmente en el jardín, pero no siempre fiel a la variedad madre.

Los tagetes son plantas destacadas en los macizos de verano. A veces se les reprocha sus tonos chillones y su porte adornado, pero son tan alegres, fáciles de cultivar y floríferos que sería una pena no disfrutarlos en los bordillos y macetas. Se pueden colocar en pequeños toques entre el follaje gris de las Artemisa blanca y los estachys, con los agératos, o inundarlos de verdor, combinándolos con las tanacetum, el Chía Childsii, o las pequeñas gramíneas que moderarán sus colores flamboyantes. El tagete también es una flor comestible que se puede disfrutar en ensaladas, sopas o postres. Algunos consideran que su sabor recuerda al de la fruta de la pasión.

El olor del follaje de los tagetes, y las sustancias secretadas por sus raíces, repelen algunos insectos dañinos para los cultivos, por eso estas plantas a menudo se instalan en medio de las hortalizas del huerto.