Protea cynaroides (semillas) - Protea rey

Este arbusto desarrolla múltiples tallos gruesos, ramificados desde la base y con retoños. Alcanzará entre 40 cm y 1 m 20 de altura, extendiéndose lentamente con el tiempo. En los extremos de los largos pecíolos rojos, lleva hojas alternas, alargadas y puntiagudas, coriáceas, capaces de absorber la humedad atmosférica. La floración se produce de abril a octubre. Las inflorescencias son grandes capitulos, llevados en la parte terminal de cada rama. Tienen un diámetro de 12 a 30 cm. Las plantas maduras y bien establecidas pueden producir hasta una decena de capitulos por temporada. Los botones florales recuerdan hermosas alcachofas con escamas nacaradas. El capítulo se abre, las brácteas rosa brillante y aterciopeladas se despliegan sobre un plato aterciopelado, blanco a rosa, como empolvado. La floración atrae a numerosos insectos polinizadores y deja espacio para algunas semillas casi tan grandes como nueces, aterciopeladas. Las raíces gruesas de esta planta también sirven como órgano de reserva. En caso de incendio, la protea es capaz de regenerarse a partir de sus raíces, alimentada por sus propias cenizas.

La protea real es una planta sensacional que no deja indiferente. Se instalará preferentemente en jardines costeros protegidos de las heladas intensas, en suelos ligeros no demasiado calcáreos. Es particularmente adecuada para el clima mediterráneo, se conforma con suelos pobres, secos a áridos, y lucirá bien aislada, en grandes taludes o en la parte trasera de los macizos en jardines secos, pero siempre en una ubicación despejada, a pleno sol. En un jardín exótico, se puede asociar con la Viborera de Canarias, la Euforbia characias, la Euforbia mellifera, el Gran Feto, la escabiosa gigante, el Melianthus major o híbridos de verbascos.