Rudbeckia hirta Green Eyes

La Rudbeckia Green Eyes es una planta vivácea efímera cultivada como anual o bienal, reconocida por su facilidad de cultivo. En el jardín no durará más de 2 a 3 años, pero se auto siembra bastante fácilmente.
Originaria del centro de los Estados Unidos, la Rudbeckia hirta tiene como sinónimo Rucbeckia gloriosa.
La Rudbeckia gloriosa Green Eyes se distingue por su tamaño medio de 60/75 cm, un poco más corta que otras variedades de la especie (que alcanzan los 100 cm) y sobre todo por el color original de sus grandes flores de margarita amarillas con corazón verde oliva. Este color que recuerda al verde de los ojos de algunos irlandeses, hace que no sea raro encontrar esta variedad bajo el nombre de Rudbeckia hirta Irish Eyes.

El follaje está compuesto por un grupo de hojas basales lanceoladas, dentadas, de color verde oscuro de 5 a 10 cm, de donde surgen tallos florales robustos y ramificados. Los tallos llevan hojas caulinares más estrechas y de forma ovalada.

Las flores de Rudbeckias Green Eyes son grandes margaritas (capítulos) solitarias con un corazón prominente verde y una corola amarilla. Los largos pétalos regularmente dispuestos alrededor del corazón de la flor le dan un diámetro que varía de 10 a 13 cm. El gran número de flores que se renuevan de julio a octubre forma un conjunto de flores ondulantes al ritmo del viento. Este conjunto constituye una fuente de suministro de flores frescas para la realización de ramos.
Al final de la temporada estival, los pétalos amarillo anaranjados se marchitan y caen, mientras que el corazón de las flores se seca y momifica. Una vez más, las flores se pueden recolectar e incorporar en un ramo seco.

Rústica, la Rudbeckia hirta Green Eyes prefiere las situaciones soleadas o semisombreadas. Para el suelo, prefiere un suelo rico, pesado y fresco pero sobre todo bien drenado.

Un activo ecológico: Durante todo el verano, las flores melíferas de las Rudbeckias atraen a los insectos polinizadores y a las mariposas a tu jardín. Una buena manera de mejorar el ecosistema de tu jardín y favorecer la producción de frutas y verduras en tu huerto. En otoño, podrás admirar el constante ballet de los pájaros que vendrán a alimentarse de las semillas maduras que encontrarán en el corazón de las flores secas.