Rosal rugosa Frau Dagmar Hastrup

El Rosal antiguo 'Frau Dagmar Hastrup', descubierto un hermoso día de 1914 en un campo de rosales rugosos, es un arbusto sólido y robusto, nunca enfermo, de carácter intrépido y vagabundo cuando se cultiva en sus propias raíces. A lo largo del verano, despliega grandes escaramujos cuyo tono evoluciona del rosa intenso al blanco rosado, pronto seguidos por igualmente grandes escaramujos carmesí pulposos, tan deliciosos en mermeladas como decorativos desde finales del verano. Con un porte compacto y un hermoso follaje verde esmeralda abullonado, destaca en un paisaje de boscaje, pero no desmerece cuando se utiliza como cubresuelos amplio. ¡Un rosal tan encantador como fácil de cultivar y útil en el jardín! 

Rosa (x) rugosa 'Frau Dagmar Hastrup' posee los genes del Rosa rugosa, un vigoroso rosal del Extremo Oriente, formando matorrales impenetrables debido a su vegetación con chupones, densa y muy espinosa. Bien adaptado a suelos pobres, secos y salinos, ha transmitido a sus descendientes más cercanos este carácter complaciente que lo destina a jardines salvajes o sin jardineros. 'Frau Dagmar Hastrup' forma un arbusto de porte bajo, tupido y denso, que alcanza entre 80 cm y 1 m de altura, un poco más en anchura. Si no está injertado, tiende a extenderse lateralmente por chupones, lo que lo hace valioso para formar setos impenetrables. El follaje, caduco, abundante hasta el pie de la planta, está compuesto por hojas de aspecto abullonado, con bordes dentados, divididas en 5 a 9 folíolos que adquieren un hermoso tono amarillo en otoño. Sus hermosas flores simples y solitarias, de 7 cm de ancho, se abren en un color rosa intenso, para luego palidecer hasta el blanco. El conjunto forma un ramillete multicolor lleno de encanto. Florecen de mayo a junio hasta agosto, en sucesivas oleadas. Los grandes frutos son carnosos y comestibles, muy ricos en vitamina C. Inicialmente rosados y luego rojos, persisten mucho tiempo en el arbusto, con una maduración extendida en el tiempo, constituyendo una verdadera joya desde finales del verano.

Muy resistente y casi sin mantenimiento, 'Frau Dagmar Hastrup' es un rosal lleno de encanto y recursos, de una bella exuberancia, que llama la atención desde finales de primavera hasta otoño. Encontrará su lugar en un paisaje de boscaje o defensivo, en un jardín un poco salvaje, acompañado de un rosal morado ('Rhapsody in Blue', 'Veilchenblau'), o de flores muy dobles, violetas ('Reine des Violettes'), de pesadas rosas de colores muy ricos que contrastan maravillosamente con su estilo campestre. Se le puede acompañar de cotinus o de evónimos por sus colores de otoño, de lilas, perfumados en primavera, de seringatos por la misma razón, pero también de viburnos que muestran, al igual que él, un carácter muy complaciente.