Rosal Charles Darwin

El rosal inglés Charles Darwin, maravilloso homenaje al gran hombre de ciencia, posee algo del carácter mágico de su ilustre antecesor Gloria de Dijon. Parece casi no haber suficiente espacio para todos esos pétalos apretados en sus grandes flores muy redondas, particularmente dobles, que se abren en un color amarillo champán sutilmente sombreado de rosa o ámbar gris, variable según el clima. No se sabe qué admirar más, si el tamaño de las rosas, su forma regordeta, su tono cambiante o su delicioso perfume a rosa té. Si esta hermosa creación de David Austin no es la más conocida, merece completamente ser redescubierta: lejos de ser caprichosa, la planta es vigorosa, fiable, fácil de cultivar y raramente enferma.

El rosal Charles Darwin muestra un porte tupido un poco laxo, flexible, que se vuelve más erguido con el paso de los años y produce ramas lo suficientemente fuertes para soportar el peso de las flores sin caerse. Su crecimiento es rápido: en unos pocos años alcanzará una altura promedio de 1,20 m y una envergadura de 90 cm a 1 m. Como en todos los rosales ingleses, la floración es muy trepadora, desde junio hasta las primeras heladas. Las flores de Charles Darwin nacen de botones anaranjados, solitarios o agrupados en pequeños ramilletes al final de largos tallos poco espinosos. Notablemente globulosas en su apertura, recordando mucho a la rosa chou por su arquitectura, están compuestas por más de 40 pétalos que se curvan hacia el interior como conchas, ocultando parcialmente el corazón un poco más amarillo. Su color, variable según las regiones, resulta más claro en el sur, matizado de albaricoque y rosa, mientras que en las regiones del norte, las flores son de un amarillo más evidente. La sutileza de este color es difícil de capturar en una fotografía. En realidad, la rosa Charles Darwin evoluciona (¿qué otro nombre elegir para una rosa así?): evoluciona desde los más bellos matices de amarillos al blanco lavado, para luego evolucionar de nuevo en crema, con toques de rosa. El follaje está compuesto por pequeños folíolos de un verde bastante oscuro, mate, resistente a las enfermedades en buenas condiciones de cultivo.

La semejanza de este rosal con las acuarelas de Redouté, el pintor de las rosas, surge como una evidencia para aquel que contempla su floración. Las flores de gran tamaño en bonitos tonos claros del rosal Charles Darwin permiten destacar macizos de arbustos con follajes oscuros como los Physocarpus, los avellanos o el Cotinus Royal Purple. Si se aprecian las flores en tonos amarillos que nunca revelan su color, coquetas y cambiantes, dulces y traviesas, se adorará este rosal lleno de vida y sorpresas. Los rosales ingleses son magníficos plantados en grupos de 3 ejemplares: forman entonces una verdadera masa florida durante toda la hermosa temporada. Para realzar las flores pastel de Charles Darwin, se puede colocar, por ejemplo, a su lado un rosal blanco como Winchester Cathedral, o bien morado como Charles de Gaulle o Blue Girl.

Los Rosales Ingleses son muy conocidos por ser perfectamente trepadores y sus flores reputadas por ser hermosas rosetas bien regulares y muy perfumadas.

Obtención David Austin 2001