Rosal Maria Lisa - Rosal liana

El Rosal Maria Lisa,  también conocido como Rosa (x) multiflora 'Maria Liesa' es un rosal liana de los más carpe que existen, y una excelente elección para los grandes jardines. Su vegetación vigorosa produce largos sarmientos colgantes casi desprovistos de espinas abundantemente provistos de un hermoso follaje verde mate, abundante y muy sano. Se inunda en junio-julio bajo una avalancha de amplias inflorescencias adornadas con pequeñas flores semi-dobles, de un rosa muy vivo, iluminadas por un centro blanco. Su vigor le permite conquistar los árboles, ocultar una pequeña construcción antiestética que transformará durante varias semanas. Según los deseos, también puede ser moldeado como arbusto en un gran seto libre, incluso a media sombra y en regiones frías. 

'Maria Lisa' es un híbrido del rosal multiflora, trepador. Se asemeja mucho a su progenitor del cual heredó los largos sarmientos flexibles con pocas espinas. Este rosal fue obtenido en 1925 por el monje Alfons, y difundido en 1936 por Liebau &Co en Alemania. Su crecimiento es muy rápido. Forma un arbusto con porte ligeramente llorón, gracioso, pudiendo alcanzar 3 a 4 m de altura (más si se entrena para trepar), con una envergadura de 2 a 3 m. Sus ramas arqueadas provienen de un tocón que emite cada año nuevos sarmientos. La floración no es remontante, en junio-julio, pero muy abundante y de larga duración. Las flores semi-dobles a simples, de 3cm de diámetro, tienen 5 a 8 pétalos. Están  agrupadas en racimos apretados de una increíble abundancia y muestran un tono muy vivo, casi rosa-rojo fucsia, alrededor de un bello ojo blanco. El corazón de la flor está habitado por un ramillete de estambres amarillo oro bien visibles, visitados por las abejas. La floración es particularmente larga en junio-julio, debido a la excelente longevidad de cada flor en el racimo. Este rosal produce pocos falsos frutos carnosos llamados escaramujos. Posee un follaje denso, verde medio mate, exuberante y sano. 

Si Maria Lisa forma parte de las raras creaciones del padre Alfonso que han sobrevivido al tiempo, se debe a su buena salud, vigor y a la vivacidad de su floración estival. Como otras lianas, es inigualable para llenar los grandes espacios y dar un toque de abandono, plantado sobre los macizos un poco demasiado estrictos. Es un compañero ideal para los árboles muertos que revivirá, vallas inciertas y horribles edificaciones o cobertizos a los que da un encanto loco. Entrenado en un arco, cerca de la terraza, constituirá un paso romántico. Dado que su floración no es remontante, se puede combinar con una clemátide de grandes flores cuya floración estival tomará el relevo hasta el otoño. Pero Maria Lisa quizás sea aún más hermoso cuando se exhibe aislado en un césped: allí forma una magnífica masa florida que atrae todas las miradas en verano. Encajará perfectamente en un gran seto libre, asociado con otros grandes arbustos como los espino albar, el ébano europeo, los evónimos caducos o incluso los lilos.