Rosal Omi Oswald

El rosal Omi Oswald® es un hermoso arbusto que aporta un soplo de frescura al jardín. Vigoroso, con porte erecto pero sin rigidez, este rosal se adorna con elegantes ramos de rosas apenas dobles que evolucionan del amarillo claro al blanco. Una floración suavemente perfumada que atrae a las abejas. Es una variedad trepadora, casi sin mantenimiento, gratificante y fácil de cultivar incluso a media sombra. También se puede colocar en una gran maceta en la terraza y sus flores son muy bonitas en un jarrón.

El rosal Omi Oswald 'LENomina' es un cruce de L. Lens que data de 1988. Proviene, entre otros, del rosal musqué (Rosa (x) moschata), un híbrido espontáneo probablemente originario de Asia Menor o el Medio Oriente. Al igual que los poliantos y los floribunda, los rosales de esta familia producen flores agrupadas en ramos, pero sus colores son más refinados y presentan un porte más flexible y elegante. 'Omi Oswald' muestra un crecimiento rápido y vigoroso, así como un porte tupido más bien erecto. A la larga, este arbusto alcanza en promedio 1,35 m de altura con una envergadura de 80-90 cm. Sus tallos espinosos, ligeramente arqueados, llevan hojas compuestas por folíolos de un verde medio, lustrosas y poco sensibles a las enfermedades de los rosales. La floración comienza en junio, se renueva en oleadas hasta octubre si el suelo no se seca demasiado y se cuida de podar las flores marchitas a medida que aparecen. Tienen forma de ramos redondeados compuestos por varias flores de 5 cm de diámetro que se abren en copas. Su color es un amarillo de Nápoles al abrirse, palidecen gradualmente hasta el blanco. El centro de las corolas ocupado por estambres dorados es muy atractivo para las abejas y otros polinizadores. El perfume de las flores, ligero, recuerda al del rosal musqué. La rusticidad de esta variedad se estima en aproximadamente -15 °C.

Este rosal arbustivo Omi Oswald prospera en cualquier suelo bien preparado, no demasiado seco, no requiere poda, excepto la eliminación de las ramas más antiguas o la madera muerta a finales del invierno. Su aspecto natural y su color luminoso combinan bien con muchos arbustos del jardín. Plántelo en un pequeño seto florido o en un gran macizo con otros robustos rosales arbustivos blancos ('Iceberg', 'Nevada'), amarillos ('Golden Wings') o anaranjados ('Ghislaine de Feligonde'). También se combina muy bien con seringas o incluso membrilleros japoneses. También considere asociarlo con una clemátide herbácea.