Clematis flammula terniflora - Clemátide olorosa

La Clematis terniflora es una especie resistente, con una vegetación exuberante y una floración aérea. Muestra innumerables pequeñas flores estrelladas blancas puras a menudo bordeadas de púrpura. La floración es muy perfumada, tiene lugar a finales del verano hasta el otoño, e incluso hasta las heladas. Su follaje semi-persistente, verde brillante, a veces rayado de plata, desaparece bajo una nube olorosa y zumbante de abejas. Luego vienen sus frutos plumosos y plateados, que persisten en invierno. Muy resistente y increíblemente generosa, se reserva para espacios grandes, es perfecta para cubrir construcciones antiestéticas. Esta especie es particularmente resistente a la sequía una vez bien establecida.

El género Clematis pertenece a la familia de las Ranunculáceas. La especie botánica terniflora es originaria del sudeste asiático, incluyendo Corea y Japón. Es una planta trepadora de tallos volubles, especialmente vigorosa y florífera. Se clasifica en el grupo de las clemátides que florecen hasta el otoño en los brotes del año. Forma un arbusto denso que puede alcanzar los 7 m en todas direcciones, con un crecimiento rápido. El tallo principal puede medir hasta 8 cm de diámetro en una planta adulta. La floración comienza a finales del verano y continúa hasta octubre-noviembre, a menudo detenida por las heladas. Las inflorescencias son paniculadas, de flores blancas con 4 tépalos y estambres prominentes, de 3 cm de diámetro, muy perfumadas y melíferas. La floración es seguida por la formación de frutos plumosos, plateados y sedosos, muy decorativos. El follaje, semi-persistente, está compuesto por hojas coriáceas, verde oscuro, barnizadas, a veces manchadas de plata.

Clematis paniculata es tan vigorosa que compite con las vides trepadoras en la conquista de edificios antiestéticos, árboles muertos o vallas feas. Plante sus clemátides a ambos lados del soporte a cubrir. Su floración tardía combinará bien con el follaje purpúreo de la vid de tintoreros y tomará el relevo de los ramos perfumados de los rosales trepadores. Esta clemátide, que logra florecer a media sombra, sofocará las malas hierbas en el borde del sotobosque o cerca de muros abandonados. Requiere espacio, pero muy poco mantenimiento, es de cultivo fácil al sol, en suelo fértil y drenado.