Clematis integrifolia Durandii

La Clematis Durandii es una variedad híbrida obtenida en Francia en 1874 por los hermanos Durand. Se trata de una curiosa pequeña clemátide semi-leñosa, que produce hermosas flores en campanas de un azul índigo inigualable, desplegándose en amplias estrellas sobre un glorioso ramillete de estambres blancos crema. Formando un grupo exuberante más que una verdadera liana, como una masa enredada sobre la cual llueven flores durante todo el verano, es injustamente desconocida y poco utilizada en nuestros jardines. Su belleza se ve duplicada por una gran capacidad de adaptación a todo tipo de climas y suelos. La vegetación de esta clemátide, al igual que la de muchas plantas vivaces, desaparece por completo en invierno.

El género Clematis pertenece a la familia de las ranunculáceas. La Clematis Durandii proviene de un cruce entre la C.integrifolia, la clemátide de hojas simples, una especie herbácea de base leñosa originaria del sur de Europa, Europa central, Rusia y China, y la C.lanuginosa, nativa del oeste de China, con flores blancas muy grandes. 'Durandii' es una planta vivaz poco trepadora, con largos tallos foliados, que forma un mata tupida que alcanza 1 a 2 m de altura, con una expansión mínima de 1 m², ya sea guiada en un soporte o dejada libre. Lenta en establecerse, la planta arraiga profundamente en el suelo antes de mostrar en los años siguientes un crecimiento exponencial, volviéndose moderadamente chupona después de algunos años de cultivo. Cada primavera, una multitud de tallos surgen directamente desde su base. Llevan hojas enteras, ovales a elípticas, de un verde profundo y brillante. Las flores se despliegan en abundancia de junio a septiembre entre el follaje. Son de forma campanulada al abrirse, de color azul índigo, compuestas por 4 a 5 pétalos hinchados. Luego se abren casi planas, hacia el cielo, alcanzando un diámetro de 6 a 10 cm. Están compuestas por pétalos acanalados, profundamente nervurados, ligeramente ondulados, rodeando estambres con anteras crema. La floración es seguida por la formación de frutos plumosos y plateados, muy decorativos al final de la temporada. Esta clemátide prefiere situaciones soleadas pero no abrasadoras.

Plante la clemátide integrifolia Durandii junto a sus rosales arbustivos o trepadores para acompañar su primera floración y llenar sus pies a veces un poco desnudos. Las clemátides representan un género rico en diversidad, existen de todos los colores, formas y tamaños. Aproveche su facilidad de cultivo para dar a su jardín un aire romántico y bohemio. La exquisita Clematis Durandii, gracias a su modo de vegetación herbácea, se sentirá muy bien en macetas en un balcón, una terraza, en un rincón de una pared o en un macizo invadido por guisantes perennes, hiedra abigarrada, vinca de flores pequeñas, gauras y campanillas.