Clematis serratifolia

La Clematis serratifolia forma parte del grupo de las clématides denominadas 'orientales', conocidas por su robustez y facilidad de cultivo y caracterizadas por pequeñas flores en forma de campanitas colgantes en tonos amarillos. Esta, a veces llamada clemátide coreana, es una especie botánica de gran encanto natural, con una floración bastante tardía, de color amarillo pálido y ligeramente perfumada, con una fructificación particularmente abundante y decorativa. Se plantará de forma natural, como cubresuelos o incluso en un seto libre, con arbustos decorativos o de follaje otoñal.

La Clematis serratifolia (sinónimos Clematis orientalis var. serrata, Clematis wilfordii) pertenece a la familia de las ranunculáceas. Es una especie originaria de Corea y de Manchuria presente en algunas otras regiones de Asia del Este. Esta clemátide fue introducida en Occidente alrededor de 1918 por EH Wilson. Ha dado mediante hibridación excelentes variedades como Golden Harvest o Golden Tiara.

En nuestros climas, esta clemátide coreana trepa hasta 2-3 m de altura agarrándose a su soporte mediante pecíolos transformados en zarcillo. Su follaje está compuesto por hojas divididas en 5 pequeños folíolos con bordes dentados, de un verde bastante vivo. Este follaje da una impresión de ligereza, incluso de delicadeza, más que de volumen. Es caduco, ausente en invierno. La floración se extiende durante un mes, entre agosto y septiembre, más temprano o tarde según el clima. Las flores aparecen en la madera nueva, solitarias o en grupos de dos o tres, principalmente en las axilas de las hojas superiores. Se abren en dos etapas: los cuatro sépalos de textura coriácea de color amarillo pálido o crema forman primero una campana, luego se abren ampliamente para revelar un centro lleno de numerosos estambres de color marrón-violáceo oscuro. A medio abrir, las flores miden de 2,5 a 5 cm de diámetro. Desprenden un aroma cítrico, más perceptible cuando son golpeadas por el sol. Esta floración es muy apreciada por las abejas y otros polinizadores. Al final de la floración, aparecen frutos terminados en un estilo plumoso gris plateado, muy decorativo.

La Clemátide serratifolia se planta en situación soleada con el pie en la sombra. Es perfecta para vestir una valla, trepar un arbusto o dejarse libre, como cubresuelos. Su floración tardía y sus bonitos frutos sedosos combinarán bien con los frutos de los manzanos ornamentales, el follaje purpúreo de la vid de tintoreros o escarlata del evónimo Red Cascade. Esta pequeña liana también será magnífica en un gran rosal inglés de flores amarillas o anaranjadas (Graham Thomas, Malvern Hills). Esta clemátide, dejada libre y sin soporte, formará un verdadero arbusto adornado con campanitas amarillo pálido muy hermosas junto a las campanitas azul-violáceas de la Clematis diversifolia Rooguchi por ejemplo. Es de fácil cultivo al sol o a media sombra, en suelo fértil y drenado.

Consejos : Evite los excesos de abono que estimulan el follaje en detrimento de las flores. No acolche para evitar una humedad importante que favorece la enfermedad del marchitamiento.