Clematis flammula - Clemátide olorosa

La Clematis flammula, más conocida como la vid flamígera, vid perfumada o vid llama, es una vigorosa pequeña planta trepadora que se encuentra con frecuencia en matorrales o enredada en antiguos muros de piedra seca que rodean las viñas en el sur de Francia. A menudo es su suave perfume de flores blancas, perceptible a varios metros de distancia, lo que revela la presencia de esta planta de aspecto bastante modesto. Producidas en abundancia más bien hacia finales del verano, las pequeñas flores discretas, muy visitadas por las abejas, dan paso a bonitos frutos sedosos y plateados. ¡Déjela trepar en un seto libre o correr por una ladera ingrata, ¡hará maravillas!

La Clematis flammula (sinónimo de Clematis fragrans) pertenece a la familia de las ranunculáceas. Originaria de la cuenca mediterránea, esta especie botánica está presente en Francia alrededor del Mediterráneo, en la costa pero también tierra adentro. También se encuentra en la fachada oeste de nuestro país, y hasta el sur de París. Su rusticidad es media (máximo - 15°C durante un corto período), y puede congelarse en las regiones más frías del territorio cuando los inviernos son rigurosos. Es una planta vivaz semi-leñosa y trepadora, con tallos sarmentosos, que alcanzará 2 a 3 m de altura, con un ancho de 1,5 m. La floración, masiva, ocurre de julio a principios de septiembre en los brotes del año, más temprano o más tarde según el clima. Las pequeñas flores estrelladas son innumerables, reunidas en panículas sueltas. No superan los 2 cm de diámetro y presentan 4 pétalos blancos. El corazón de la flor está adornado con estambres blancos con anteras de color amarillo pálido. El perfume de las flores, muy perceptible por la noche, recuerda a la almendra amarga y la miel. La floración es seguida por frutos decorativos gris plateados y plumosos que persisten hasta el invierno. Las hojas están divididas en 3 a 7 folíolos estrechos, de un verde oscuro brillante. A veces persisten parcialmente en invierno, pero generalmente son caducas. Esta clemátide se sujeta al soporte o a la planta huésped mediante sus jóvenes pecíolos que se enrollan como zarcillos.

Plante sus clemátides junto a sus rosales trepadores en un seto florido, para ocultar muros feos o embellecer una pérgola, una malla o un viejo árbol. Es un género rico en diversidad, existen de todos los colores, formas y tamaños. Esta es de tamaño modesto, discreta, pero realmente poco exigente. Una verdadera oportunidad para los jardines secos donde otras clemátides sufren, será perfecta tanto en el jardín como en grandes macetas. Sus numerosos zarcillos le permiten trepar por todas partes, también considere usarla en cascada en una rocalla cálida, o como planta cubresuelos en una ladera árida. Esta bonita trepadora ofrecerá a su jardín un aire natural y encantador con un mínimo de mantenimiento.