Col 2 Glicinias de China

Un maravilloso dúo de Glicinias de China, que reúne dos bonitas formas de la indomable Wisteria sinensis: la primera de flores blancas, y la otra de flores malva-azuladas. Acostumbradas a los grandes espacios, estas dos lianas ofrecen un espectáculo visual y olfativo raro, en abril-mayo. Sus racimos en tonos pastel perfectamente combinados se mezclan en un intenso perfume floral. Las glicinias enrollan espontánea y voluptuosamente sus largos tallos volubles alrededor de las rejillas, cercas, pérgolas y glorietas. Con el tiempo, estos largos y flexibles hilos verdes se convierten en brazos tan poderosos que son capaces, en sujetos muy antiguos, de levantar la estructura que guió sus primeros pasos. Cuiden las glicinias, se lo merecen por su extraordinaria belleza, su vigor desmedido, su carácter muy complaciente y su excelente resistencia a los fríos más intensos.

Este dúo está compuesto por una planta de Glicinia de China Rosa (variedad Alba) y una planta de Glicinia azul de China clásica (Wisteria sinensis).

La glicinia de China, Wisteria sinensis en latín, es una planta trepadora de gran desarrollo y de crecimiento rápido perteneciente a la gran familia de las fabáceas, al igual que el trébol, el alfalfa o los lupinos. Es originaria de los bosques húmedos de China y fue introducida en Europa en 1816. Sus largos tallos volubles, que pueden alcanzar los 10 m de longitud, se lignifican con la edad. A veces un poco lenta para establecerse, es una planta robusta, perfectamente resistente al frío, poco exigente con respecto al suelo (aunque teme el exceso de caliza activa), capaz de crecer en tierras pobres y secas en verano si son profundas.

Los tallos de la glicinia de China que alcanzan fácilmente los 9 m de longitud giran alrededor de los soportes espontáneamente en sentido contrario a las agujas del reloj. El crecimiento de los nuevos brotes es muy rápido, del orden de varios metros en el espacio de una temporada en suelo fresco. La floración principal tiene lugar en abril-mayo, más o menos temprano según el clima, en plantas injertadas bastante jóvenes. Se desarrolla en las ramas apenas foliadas situadas cerca de los tallos principales lignificados. Racimos de flores papilionáceas, de 30 a 60 cm de longitud, desprenden un fuerte olor a miel en calma. Se abren desde la base hacia la punta del racimo. La planta vuelve a florecer ligeramente durante el verano. Tras las flores, aparecen vainas colgantes, planas y verdes, que se vuelven marrones en la madurez. Las jóvenes hojas bronce aparecen al final de la floración y luego adquieren un tono verde claro. Miden entre 15 y 20 cm de largo y están divididas en 4 a 6 pares de folíolos redondeados, confiriendo al follaje un aspecto ligero. Muy duradera, la Glicinia de China puede vivir fácilmente más de 50 años. Su floración es nectarífera y melífera. El follaje, caduco, adquiere un hermoso tono amarillo en otoño, antes de caer.

La glicinia de China es la planta romántica por excelencia. Una reina en el reino de las plantas trepadoras, capaz de embellecer una fachada o una estructura, por modesta que sea. Cuando dos variedades de glicinia se encuentran y se entrelazan, el espectáculo se vuelve casi irreal. Especialmente útil para vestir una pared o cubrir una fea cerca, este dúo se enreda alrededor de una cerca o una espaldera sin restricciones si se le deja hacerlo y estas dos glicinias tienden a sofocar las plantas circundantes. Prefieran para ellas una ubicación solitaria, a pleno sol o en semisombra en climas cálidos. O bien, si disponen de suficiente espacio, combínenlas con madreselvas tan vigorosas como ellas, como el Lonicera (x) delavayi, persistente, con una floración estival amarilla muy perfumada.

Sin embargo, sean pacientes: la primera floración de la Glicinia puede tardar de 2 a 3 años en aparecer, según las condiciones de cultivo.