Wisteria floribunda - Glicinia japonesa

La Wisteria floribunda es una vigorosa glicinia japonesa que florece abundantemente en mayo-junio, en largos racimos de color lila, en medio de sus hojas jóvenes. La especie floribunda se caracteriza por racimos de flores particularmente largos, con un ligero aroma a miel. Pero también por sus tallos volubles que se enrollan en sentido horario alrededor de su soporte, a diferencia de los de su prima china. Las glicinias transforman en primavera las rejas, cercas, pérgolas y glorietas. Sin embargo, sus largos y flexibles hilos verdes se convierten con el tiempo en brazos tan poderosos que son capaces, en sujetos muy viejos, de levantar la estructura que guió sus primeros pasos. Cuiden las glicinias, se lo merecen por su extraordinaria belleza, su vigor y su carácter muy complaciente.

La glicinia japonesa, también conocida como Glicinia floribunda, o Wisteria floribunda en latín, es una planta trepadora de gran desarrollo y de crecimiento rápido perteneciente a la gran familia de las Fabáceas, al igual que el trébol, la alfalfa o los lupinos. Es originaria de los bosques japoneses y fue introducida en Europa a mediados del siglo XIX. Sus largos tallos volubles, que pueden alcanzar los 10 m de longitud, se lignifican con la edad. A veces un poco lenta para establecerse, es una planta robusta, perfectamente resistente al frío, poco exigente con respecto al suelo (aunque teme el exceso de cal activa), capaz de crecer en tierras magras y secas en verano si son profundas. Sus raíces son profundas y rastreras.

El crecimiento de los nuevos brotes es muy rápido, del orden de varios metros en una temporada en suelo fresco. La floración tiene lugar después de la de las glicinias chinas, en mayo-junio, en plantas injertadas bastante jóvenes. Se desarrolla en las ramas ya foliadas situadas cerca de los tallos principales lignificados. Toma la forma de racimos de flores papilionáceas, pendientes, de 30 a 50 cm de longitud, menos perfumadas que las de la glicinia china, pero bien distribuidas en la vegetación. Se abren sucesivamente, desde la base hacia la punta del racimo. A las flores les siguen vainas colgantes, planas y verdes, hinchadas en la zona de las semillas, que se vuelven marrones al madurar. Las jóvenes hojas de color bronce aparecen antes de la floración y luego adquieren un tono verde claro. Son largas de 20 a 30 cm y están divididas en 13 a 19 folíolos ovales, lo que le confiere al follaje un aspecto ligero. Antes de caer en otoño, las hojas adquieren un hermoso tono dorado. Muy duradera, la Glicinia del Japón puede vivir más de 50 años. Su floración es nectarífera y melífera.

La glicinia del Japón es la planta romántica por excelencia. Una reina en el reino de las plantas trepadoras capaz de embellecer una fachada o una estructura, por modesta que sea. Esta planta llena de vida a menudo sobrevive en los viejos jardines abandonados por el dueño que la plantó. También es particularmente útil para cubrir una pared o una cerca fea. Se enreda alrededor de una cerca o una pérgola sin restricciones si se le permite hacerlo y tiende a sofocar las plantas circundantes. Prefiérale una ubicación solitaria, a pleno sol o a media sombra en climas cálidos. O bien combínela con madreselvas tan poderosas como ella, como la Lonicera (x) delavayi, persistente, con una floración estival amarilla muy perfumada, o el rosal de Banks 'Alba Plena', sin espinas y cubierto de pequeñas borlas blancas en mayo. La glicinia floribunda también se lleva muy bien con la Clemátide montana.

Sin embargo, tenga paciencia: la primera floración de la Glicinia puede tardar de 2 a 3 años en aparecer, según las condiciones de cultivo.