Hiedra Ivalace

La Hiedra helix 'Ivalace' es una variedad de Hiedra común vigorosa pero de pequeño desarrollo, que no supera los 1 m 50. Con un foliaje bellamente ondulado y rizado en el borde, esta hiedra es particularmente elegante. Sus pequeñas hojas persistentes, cortadas en lóbulos afilados, lucen un color verde muy vivo, lustroso, resaltado por venas más claras. Ornamental todo el año y perfectamente resistente, se sentirá bien en cualquier tipo de suelo y exposición. Esta variedad especialmente refinada lucirá maravillosamente en una maceta en la terraza, o para vestir un muro. También forma un magnífico cubresuelos al pie de un árbol.

Las hiedras pertenecen a la familia de las araliáceas, son primas del Ginseng y de los fatsias. La Hiedra helix 'Ivalace' proviene de nuestra Hiedra común, que se encuentra en todas partes en nuestros bosques, campos y jardines. Esta última es originaria de toda la zona templada eurasiática del hemisferio norte.

'Ivalace' es una planta trepadora o rastrera de crecimiento moderadamente rápido, que puede ocupar una superficie de 1 m 50 en todos los sentidos. Sus pequeñas hojas persistentes, triangulares, ligeramente abultadas, divididas en 5 lóbulos afilados, largas y anchas de 4 a 5 cm, son llevadas por ramas gruesas, grisáceas, con pelos estrellados. Cada hoja presenta bordes casi rizados, más o menos ondulados. Su color es un verde muy vivo, recorrido por venas claras casi amarillas. Los tallos se sujetan solos a los soportes mediante potentes raíces aéreas. En otoño, el néctar de su insignificante floración verde, en forma de inflorescencias globulares, es una excelente fuente de néctar para las abejas. Le sigue la formación de bayas negro-azuladas, tóxicas para el hombre, pero que representan una excelente fuente de alimentación invernal para las aves.

La Hiedra helix 'Ivalace', perfectamente resistente, se adapta perfectamente en todas partes, excepto en exposiciones ardientes o áridas. Es valiosa para aportar un poco de exuberancia y fantasía a las zonas difíciles del jardín, despreciadas por la mayoría de las otras plantas. Forma un buen cubremuros, pero no abusen de él, ya que si se arranca de su soporte, puede dañar los viejos muros o fachadas. En cambio, las hiedras comunes de pequeño tamaño son insustituibles para decorar una terraza o un balcón, enrejadas en una pequeña estructura de malla o colgando en cortinas abigarradas a lo largo de grandes macetas, hasta el suelo. En el jardín, forma un excelente cubresuelos capaz, a la larga, de desalentar las malas hierbas a media sombra o incluso a la sombra. Asócielo con perennes de sotobosque fáciles de cultivar como los epimediums, anémonas del bosque, las ortigas, geranios perennes macrorrhizum o phaeum, por ejemplo.