Hiedra Sagittifolia

El Hedera helix Sagittifolia es una Hiedra común rústica caracterizada por su foliaje perenne verde claro con 5 lóbulos muy alargados. Planta trepadora por excelencia, puede sujetarse a cualquier soporte para formar un hermoso muro vegetal, o bien extenderse por el suelo y formar un elegante cubresuelos. Le gusta la tierra profunda pero muestra resistencia a la sequedad una vez establecido.

La hiedra de hojas sagitadas pertenece a la familia de las Araliaceae - la hiedra es de hecho una de las pocas especies europeas de esta familia más representada en climas tropicales y subtropicales. La hiedra común crece en todos los sotobosques, donde se le puede ver escalando troncos de árboles o extendiéndose por el suelo (de hecho, son dos formas de usarla en el jardín, como veremos más adelante). Es una de las especies más fáciles de reconocer, con sus hojas persistentes y coriáceas, más o menos lobuladas y con venas marcadas. Menos conocido es el hecho de que esto es un estado juvenil: de hecho, cuando alcanza la parte superior de su soporte (un muro, un árbol...), la hiedra se vuelve adulta, y produce entonces hojas enteras, sin lóbulos. Entre septiembre y noviembre, la hiedra (solo si es adulta) florece, formando pequeñas umbelas blancas verdosas. Si no tienen un gran interés decorativo, son extremadamente útiles para los polinizadores, que encuentran allí una fuente tardía de néctar. Además, estas flores dan unas semanas más tarde pequeñas bayas negras, muy apreciadas por los pájaros (también es una fuente inesperada de alimento durante el invierno) pero tóxicas para los humanos. La hiedra es capaz de sujetarse sola, gracias a sus sólidos crampones llevados por los tallos juveniles. 
El Hedera 'Sagittifolia' es una magnífica variedad caracterizada por sus hojas de tamaño mediano, verde claro con venas más claras, divididas en 5 lóbulos, uno central muy alargado. De crecimiento moderado, alcanzará aproximadamente 4 m de altura por 3 metros de envergadura en buenas condiciones.

El cultivo de la hiedra de hojas sagitadas es muy sencillo: dale un suelo profundo, incluso calcáreo o arcilloso, fresco a húmedo, y se establecerá de forma duradera. También es muy resistente. Sin embargo, ten en cuenta que su crecimiento, especialmente al principio, es bastante lento: por lo tanto, no dudes en presionar algunas ramas contra el suelo para provocar su enraizamiento (esto es el acodo). Prefiere la sombra o la semisombra, al menos los primeros años, pero una vez establecido se muestra extremadamente adaptable, incluso cuando el suelo está un poco seco. 
Se puede utilizar como trepadora en un árbol grande, o en un muro, pero también será un excelente cubresuelos en sotobosques, o en un macizo de semisombra, o colgando en la parte superior de un muro. El cultivo en una maceta grande es posible, cuidando de vigilar el riego de todas formas. La elegancia de sus hojas finamente lobuladas lo convierte en una elección especialmente valiosa para un escenario salvaje y refinado a la vez.

También desmitifiquemos algunas ideas erróneas: la hiedra, a diferencia de lo que generalmente se piensa, no es un parásito de los árboles (simplemente los utiliza como soporte). Puede suceder que un viejo árbol cubierto de hiedra caiga, pero generalmente es el peso de la trepadora lo que hace que un tronco ya deteriorado se doble. Además, no dañará un muro a menos que el revestimiento ya esté degradado y agrietado. Por lo tanto, no hay riesgo en hacerla subir por un muro sano. Junto con su utilidad ecológica, ¡es una planta de la que sería una pena prescindir!"