Poa labillardieri

El Poa labillardieri forma parte de un grupo de gramíneas comúnmente llamadas Pádurines. Esta gran especie oceánica ofrece un rostro suavemente salvaje e infinitamente ligero. De un mechón de finas hojas verdes-azuladas con porte ligeramente abierto se elevan en primavera a verano inflorescencias gráciles teñidas de púrpura y delicadamente plateadas, que bailan en el viento y juegan con la luz. Es una hermosa 'hierba' flexible y natural, nunca invasiva, cuyas finas flores dominarán el follaje sin ocultar la vista. Al alcance de todos los jardineros, extremadamente adaptable, persistente y muy azulada, la Poa labillardieri merecería sin duda ser plantada con más frecuencia, ya que crece y florece incluso a la sombra o en suelos secos.

La Poa labillardieri es una planta perenne herbácea perteneciente a la familia de las poáceas, al igual que muchas gramíneas. Las zonas boscosas secas pero abiertas del sureste de Australia y de Nueva Zelanda son los lugares de origen de esta sorprendente especie ubicua. Esta planta con un grueso y enmarañado tocón crece en mechones de hojas muy finas, suaves, de color verde glauco a verde-azulado. Más corta y menos azulada en la sombra, será más alta y azul acero expuesta al sol. En su etapa adulta, la planta alcanzará una altura de 80 cm a 1 m, con un ancho de 50 a 60 cm. El follaje es persistente. Sus hojas estrechas y estructuradas, con porte erguido y ligeramente arqueado, pueden alcanzar los 90 cm y adquirirán un tono más dorado en invierno. Muy temprano, en primavera, este manojo de hojas luminosas se adornará con finas flores purpúreas a cenicientas, que se volverán un poco más rubias a medida que maduran. Sus capacidades de adaptación son sorprendentes, ya que soporta tanto la sombra como el sol, y tolera bien los suelos secos si son profundos.

Rústica por debajo de los -12°C en suelo bien drenado, la Poa labillardieri es una de las pocas gramíneas azules que disfruta de las zonas sombreadas del jardín. Es apreciada por la hermosa ligereza de sus mechones peludos y su aspecto decorativo durante todo el año. A los pies de los árboles, soporta muy bien la sombra y los suelos secos. Acompaña a las rosas, vistiendo sus pies en invierno y realzando la floración en verano. Se puede combinar fácilmente con vivaces floridas y ligeras, como las bocas de lobo, los penstemones, las margaritas del campo, los Aster cordifolius, las escabiosas o incluso las amapolas anuales y las damasquinas. Los follajes oscuros de los Pittosporum tenuifolium 'Tom Thumb', del Cotinus 'Royal Purple', o del Physocarpus 'Diabolo' en suelos más frescos resaltarán sus penachos que capturan tan bien la luz. Plántela también en masa, en un jardín un poco salvaje o contemporáneo, para ver cómo el viento forma olas infinitas. También es posible cultivarla en una maceta grande.