Carex berggrenii

El Cárice berggrenii es una gramínea en miniatura y persistente que forma un pequeño macollamiento de follaje graminoide  bellamente coloreado de bronce a marrón cobrizo a lo largo de las estaciones, con un ligero reflejo metálico. Esta pequeña gramínea se extiende muy lentamente, creando un pequeño cubresuelos que se adorna con espigas marrones y cortas, y permanece atractivo durante todo el año, incluso en invierno. Rústica y poco exigente, esta bonita planta vivácea se sentirá a gusto en una rocalla fresca o en un borde de césped, en un suelo bien drenado pero fresco, a pleno sol o en media sombra.

El Cárice de Berggren es una vivaz de rizoma de la familia de las ciperáceas originaria de Nueva Zelanda. Esta especie que crece en el piso montano subalpino prefiere en la naturaleza lugares frescos a húmedos y soleados, resiste muy bien a las heladas (hasta -18°C) y se adapta a todo tipo de suelo drenado sin exceso de caliza. Su follaje está compuesto por hojas en forma de cinta, casi planas, de 3 a 6cm de largo y de 1,2 a 3mm de ancho, con venas muy distintas, ligeramente brillantes. Nacen de color verde helecho a verde oliva para luego teñirse rápidamente de bronce. Están agrupadas en un macollamiento bien denso que no superará los 5cm de altura. El rizoma se ensancha  muy lentamente, para formar un cojín bajo de unos 30cm de anchura aproximadamente. Con el frío, las hojas adquieren tonos de rojo púrpura oscuro, de color de heces de vino o de rojo anaranjado muy decorativos. La floración, discreta, ocurre de marzo a julio. Se presenta en forma de cortas hampas florales de 20cm que llevan modestas espigas de color marrón. Esta gramínea persistente conserva su hermoso follaje en invierno. Sus colores serán más intensos si se expone al pleno sol. 

El Cárice berggrenii es una planta de borde o de rocalla muy inusual, especialmente agradable en los abrevaderos alpinos. Estará perfectamente cómodo cerca de un pequeño estanque o de un arroyo, si el suelo no está constantemente empapado de agua. También se puede plantar en grupos de 5 a 10 ejemplares en el borde de bosques frescos, o en el diseño de un muro vegetal. Donde se sienta a gusto, este cárice formará cubresuelos originales y muy decorativos. Se puede asociar con otras plantas cubresuelos que aprecien las mismas condiciones, como pequeños helechos (Polypodium), otros pequeños Cárices, saxífragas. y Ophiopogon. Sin embargo, asegúrese de plantar a sus vecinos a una distancia respetable para que no lo ahoguen.