Carex nigra

El Carex nigra es una planta vivaz persistente, rizomatosa que crece espontáneamente en zonas húmedas y pantanosas en Europa, oeste de Asia y noroeste de África, así como en el noreste de América del Norte. Presenta un macizo erguido, bastante grande de 80 cm de altura por 60 cm de ancho, con hojas rígidas, rugosas, delgadas de 1 a 3 mm, de color verde glauco. Produce una floración erecta en espigas negras que destacan de manera gráfica en los extremos rectos de su follaje. Esta especie de carex es especialmente adecuada para los márgenes de charcas, sirviendo naturalmente como estabilizador de orillas. Es una planta autóctona, muy resistente y fácil de cultivar en todo tipo de suelos comunes, incluso arcillosos, frescos a húmedos, a pleno sol o en media sombra.

El Carex nigra, también conocido como la laíche negra, es una planta de la familia de las ciperáceas, ampliamente distribuida desde el noreste de América del Norte hasta el oeste de Asia. Es una planta vivaz con follaje que se asemeja casi idénticamente al de las gramíneas y, por lo tanto, a menudo se agrupa con ellas. Es común en entornos como pantanos, marismas bajas alcalinas o ácidas y praderas húmedas.

De crecimiento rápido, es una planta particularmente interesante en los jardines naturales, bastante húmedos. Sus rizomas permiten retener fácilmente el suelo y sirven para fijar las orillas y taludes. En este momento, asócielo con grupos de otras vivaces de orillas húmedas a las que aportará ligereza y movimiento. También es una buena planta para contenedores, para colocar en el balcón o la terraza. En un pequeño jardín con juego de agua, sus inflorescencias y su follaje claro resaltarán bellamente contra paredes blancas. Plantado en masa a lo largo de un camino o de una alameda, resaltará y suavizará la disposición, ya sea en un jardín contemporáneo o campestre.

Entre las 1000 especies de laíches que crecen en todo el mundo, sería curioso que no encontrara una que le convenga. Se encuentran en todos los entornos donde crecen plantas. Algunas se adaptan muy fácilmente a numerosas situaciones y a cualquier tipo de tierra de jardín, otras, en cambio, deben ser cultivadas en el entorno muy particular que les corresponde. ¡Haga su elección!