Cortaderia richardiii - Hierba de la Pampa

IMPORTANTE: por la preservación de nuestros ecosistemas naturales y de acuerdo con el Reglamento Europeo n°1143/2014 sobre la prevención y gestión de la introducción y propagación de especies exóticas invasoras, hemos retirado esta planta de nuestro catálogo. Por lo tanto, ya no está disponible para la venta.

El Cortaderia richardii es la pequeña hierba de la pampa, también conocida como hierba de la pampa de Richard. Es una gramínea vivaz más pequeña, más compacta y que florece antes que la especie sellona. De un hermoso macollamiento de finas hojas de un bonito verde azulado y arqueadas brotan desde principios de verano grandes bohordos florales que llevan encantadoras y ligeras espigas, colgantes, de color crema. Moderadamente resistente pero tolerante al viento, se conforma con sol o media sombra, en suelo ordinario, incluso pobre, seco o húmedo e incluso cargado de sal. Su estilo gráfico y toda su ligereza se realzarán en macizo o en seto más que en aislado.

El Cortaderia richardii es una gramínea ornamental perteneciente a la familia de las Poáceas. Es originaria de Nueva Zelanda a diferencia de la especie sellona que proviene de Argentina y Brasil. En su medio natural, se desarrolla en todo tipo de ambientes, secos o húmedos, suelos pobres y muy arenosos de dunas. Esta gramínea forma un macollamiento de follaje lineal, persistente en clima suave, cortante, coriáceo y susurrante, con una altura de 1,20 m y un ancho de 80 cm con porte ligeramente arqueado. En floración puede alcanzar hasta 2 metros. Las hojas son de un verde azulado. Sus inflorescencias aparecen a principios de verano, en junio-julio, saliendo del centro del macollamiento, en forma de panículas unilaterales de aspecto suelto, de color crema y de 30 a 60 cm de longitud. Son llevadas por tallos cilíndricos flexibles y resistentes al viento. Es resistente hasta -12°C.

El Cortaderia richardii forma en efecto amplios macollamientos de aspecto muy exótico, pero no se adoptará en el jardín sin haber reflexionado previamente, su lema bien podría ser: "¡Aquí estoy, aquí me quedo!". Esta gramínea poco exigente ofrece la ventaja de adaptarse a todos los jardines, excepto quizás a los más pequeños. Hecha para grandes macizos, su fuerte presencia aporta una bella estructura y mucha gracia, si se le deja espacio para expresarse. Los jardineros contemplativos la instalarán entre los ásteres, detrás de los crisantemos o rosales trepadores, y la dejarán crecer y expandirse. En un ambiente salvaje y despeinado o moderno y depurado, se la observa jugar con el viento y doblarse bajo las lluvias. En la ciudad, las hierbas de la Pampa se integran bien, con sus colores pastel, para suavizar las esquinas sin chocar. Plantadas magníficamente cerca de puntos de agua, acompañan a los vernonias en suelo drenado.

Atención: La hierba de la Pampa puede resultar invasiva en algunas regiones. Escapando de los jardines, coloniza tierras en barbecho, ambientes arenosos, zonas húmedas... lo que causa importantes trastornos ecológicos. Si vives en una región afectada, te recomendamos no plantarla. Puede ser reemplazada por numerosas gramíneas arquitectónicas, como las Eulalia.