Eragrostis spectabilis - Pasto de plumas

La Eragrostis spectabilis, cuyo nombre podría traducirse como hierba del amor, excepcional o notable, es una gramínea modesta con un porte un poco despeinado, de follaje áspero de hierba salvaje, que realiza al final del verano un milagro de metamorfosis. Su humilde vegetación desaparece en una sorprendente neblina de espiguillas rosa púrpura que parece un tanto desmesurada. Es una especie americana resistente y de cultivo fácil, perfectamente adaptada a suelos secos, pobres y arenosos. Seductora y salvaje, se auto siembra fácilmente en los lugares más inesperados del jardín. Una planta que aporta mucho encanto al final de la temporada. Se adapta a todos los estilos de jardín, romántico, natural, seco o contemporáneo. Basta con plantarla al sol, en un suelo bien drenado.

La Eragrostis spectabilis es una planta vivaz de la familia de las poáceas, originaria de América del Norte, desde Maine hasta Dakota del Sur, al sur de Florida, pasando por Texas, Arizona y México. Se encuentra allí principalmente en suelos arenosos, rocosos o al borde de las carreteras. La planta forma un mechón un poco desorganizado, de unos 40 a 50 cm de altura para el follaje, y unos 70 cm de ancho. Sus hojas, caducas, son de color verde brillante, planas, puntiagudas en los extremos, de unos 25 cm de largo y unos pocos milímetros de ancho. Bastante rígidas, permanecen en su lugar hasta bien entrada la temporada de invierno, adquiriendo un color bronce púrpura hacia el mes de octubre, a veces incluso desde septiembre. Desde el centro del mechón surgen en agosto unas inflorescencias abiertas, ramificadas y muy aéreas, llevando espiguillas de un tono rosa violáceo a púrpura. En conjunto, esta floración duplica el volumen de la planta que fácilmente alcanza los 70 cm de altura. Las espigas, maduras en octubre, adquieren un tono marrón, el de las semillas que serán dispersadas por el viento por todo el jardín.

La Eragrostis spectabilis es una gramínea realmente poco exigente que sus increíbles espigas difusas y su follaje tenaz hacen a la vez muy decorativa y llena de dinamismo al final del verano, casi sin necesidad de mantenimiento. Se puede utilizar tanto para decorar los huecos entre las piedras de una rocalla, como en el borde de un camino o en macizos elevados, pero también para estabilizar el suelo de una pendiente o talud. Aproveche su floración tardía para exhibirla, cerca de un paso, junto a las floraciones de los grandes sedums (Sedum Matrona, Sedum Jose Obergine), a las estrellas de los ásteres (Aster laevis Calliope, Aster turbinellus, Aster cordifolius) o a las pequeñas flores magenta brillante de las salvias arbustivas. Combina bien con los Caryopteris y el Stipa arundinacea, las margaritas de otoño, las anémonas japonesas, los crisantemos vivaces. Sus inflorescencias son muy bellas en ramos secos o frescos.