Eragrostis trichodes - Pasto de rabo de zorro

El Eragrostis trichodes es una gramínea que encanta verdaderamente los macizos al final del verano. Su vegetación muy fina muestra un porte en forma de fuente un poco caído bajo el peso de su increíble floración rosa amatista sin embargo tan ligera. Verde oscuro en primavera y verano, el mechón que forma desaparece casi bajo una nube vaporosa y brillante, antes de adquirir un tono más bronce dorado en otoño. Es una planta rústica y de cultivo fácil, que permanece decorativa durante mucho tiempo en invierno, y resulta especialmente adecuada para suelos secos y pobres. Esta gran gramínea es adecuada para todos los estilos de jardín, ya sean de inspiración romántica, natural o contemporánea. Basta con instalarla al sol, en un suelo drenado, y contemplar cada verano el pequeño milagro de su floración.

El Eragrostis trichodes es una planta vivaz de la familia de las poáceas, originaria de América del Norte. Se encuentra esta planta emblemática de las Grandes Llanuras que crece más a menudo en suelos arenosos, rocosos o al borde de las carreteras. La planta forma un mechón primero erguido, alto y ancho de 90 cm a 1 m. Luego se va ensanchando suavemente, hasta caer al suelo en el momento de la floración. Sus hojas son verdes oscuro, caducas. Se marchitan en bonitos tonos dorados, pero persisten durante mucho tiempo en invierno, lo que hace que la planta sea decorativa gran parte del año. Del centro del mechón surgen en julio-agosto una abundancia de inflorescencias abiertas, ramificadas, portando innumerables espiguillas minúsculas, de un bonito tono rosa-lila. El conjunto de esta floración casi duplica el volumen de la planta caída que alcanza fácilmente de nuevo los 90 cm de altura. Las espigas, maduras en octubre, adquieren un tono más marrón, el de las semillas que serán dispersadas por el viento por todo el jardín.

El Eragrostis trichodes es una gramínea realmente poco exigente que sus increíbles espigas difusas y su follaje colorido en otoño hacen a la vez muy decorativa y llena de dinamismo al final del verano, casi sin mantenimiento. Se utilizará tanto para adornar los huecos entre las piedras de una gran rocalla, como en el borde de un camino o en los macizos elevados, pero también para estabilizar el suelo de una pendiente o talud. Aproveche su floración tardía para exponerla, cerca de un paso, asociada a las floraciones de los grandes sedums (Sedum Matrona, Sedum Jose Obergine), a las estrellas de los ásteres (Aster laevis Calliope, Aster turbinellus, Aster cordifolius) o a las pequeñas flores magenta brillante de las salvias arbustivas. Se combina bien con los Caryopteris y el Stipa arundinacea, las margaritas de otoño, las anémonas japonesas, los crisantemos vivaces. Sus inflorescencias son muy bellas en los ramos secos o frescos.