Miscanthus sinensis Roland

Eulalia gigante Miscanthus sinensis 'Roland' se impone con gracia y majestuosidad, alcanzando a veces más de 2,50 m de altura en flor. Las espigas florales aparecen en el corazón del verano, arqueadas, colgantes y rizadas, más grandes y anchas que en otras variedades. El follaje es amplio, verde oscuro, con una línea central más clara. Esta variedad vigorosa es una de las más grandes del género. Es muy resistente, ideal para regiones frías, en segundo plano en grandes macizos o de forma aislada.

La Eulalia 'Roland' pertenece a la familia de las Poáceas. Es una selección hortícola derivada de Miscanthus sinensis, originaria del Extremo Oriente asiático y Oceanía. Esta gramínea gigante con rizomas cortos se desarrolla en tufos no rastreros, es cespitosa. Con una altura de 2,50 m en floración y 2 m para el follaje, con un ancho de 1,50 m, el porte es erguido y colgante a la vez. Las hojas son más anchas que las de otras variedades, muy largas, flexibles, rugosas, con un color inicial verde oscuro con nervaduras blancas, luego cobrizas en otoño y pajizas en invierno. De agosto a octubre emergen largos tallos florales del follaje, en forma de grandes espigas digitadas y sedosas de 30 a 40 cm de largo, plateadas con un ligero tono rosado. Al marchitarse, adquieren un tono rosado muy suave.

Esta gran Eulalia sigue siendo interesante gran parte del invierno, está hecha para el fondo de grandes macizos a los que su fuerte presencia aporta una hermosa estructura y mucha gracia. Se adaptará a los jardineros contemplativos en un espíritu de jardín salvaje, colóquela detrás de grandes ásteres o Helianthus. En jardines modernos, de líneas depuradas, acompaña a los bambúes o helechos si el suelo es fresco. Los miscanthus se prestan bien para una plantación en seto, formando una pantalla en los bordillos de entrada, para aislar una parte del jardín o simplemente ocultar la vista a la calle o al jardín de un vecino. En un jardín urbano, el Miscanthus 'Roland' suavizará las estructuras de concreto. Junto a las charcas, su masa monumental es indescriptible, a la vez exótica, misteriosa y natural.