Pennisetum alopecuroïdes National Arboretum

El Pennisetum alopecuroides 'National Arboretum', también conocido como Hierba de las espigas, es una gramínea vivaz de floración tardía que no escatima en generosidad. La planta es vigorosa y forma una hermosa fuente de hojas verde oscuro, brillantes y muy flexibles. Sus inflorescencias de forma característica se asemejan a espigas sedosas particularmente densas y oscuras, primero de color púrpura violáceo, madurando en un tono más rosado. Aparecen a finales de verano, en gran cantidad, por encima y alrededor de una masa de follaje que se volverá dorado al final de la temporada. Fácil de cultivar y poco exigente, es una variedad resistente a la sequía una vez establecida, magnífica como planta cubresuelos.

El Pennisetum alopecuroides es una gramínea originaria de una amplia región del noreste de Asia y Australia, y pertenece a la extensa familia de las poáceas. La Hierba de las espigas 'National Arboretum', de la que desciende, evoca una hermosa cascada de hojas y espigas, alta y ancha de aproximadamente 60 cm. El mechón basal está compuesto por hojas muy planas, bastante anchas para el género y caídas de un hermoso color verde oscuro brillante. Los tallos florales emergen de la vegetación a finales de verano, llevando de septiembre a octubre-noviembre inflorescencias compuestas por espiguillas muy sedosas, reunidas en espigas arqueadas particularmente densas, de 10 a 15 cm de longitud. Su color evoluciona del violeta-púrpura polvoriento al negro en verano al beige rosado en octubre. El follaje, también famoso, celebra la llegada del otoño tiñéndose de un amarillo brillante bajo el sol. La planta permanece decorativa parte del invierno al cubrir de escarcha los restos de su vegetación que se vuelve completamente beige.

Esta exuberante variedad también expresa toda su delicadeza al deslizarse entre las plantas vivaces un poco rígidas, como los dalias, los tritomas o las perovskias, y aporta un toque de gracia a cualquier paisaje. También se puede plantar en masa para cubrir el suelo de una gran pendiente o bordear un camino.
Los Pennisetum alopecuroides permiten dar movimiento a los macizos, colocados de manera inteligente entre las piedras de una gran rocalla o sobre un muro. Estas gramíneas adquieren un brillo incomparable en la luz rasante y subrayan en transparencia todas las perspectivas, incluso en el jardín más pequeño. En un prado florido o al borde de un camino, tampoco se prive del sentido del tacto: sus espigas son tan sedosas al tacto como parecen. El Pennisetum presenta la ventaja de limitar los fenómenos de erosión mediante su sistema radicular muy denso.