Dryopteris affinis - Falso helecho macho

El Dryopteris affinis, , también conocido como Falso-macho, es una hermosa especie de nuestros sotobosques frescos que debería verse más a menudo en los jardines. Robusta, prolífica, a menudo persistente, esta helecho desarrolla grandes frondas semi-erectas de color verde claro, que se agrupan en un mechón ligeramente ensanchado de porte magnífico, que ocupará eventualmente más de un metro de envergadura y altura. Capaz de crecer en la sombra densa, es insustituible para aportar exuberancia bajo los árboles y arbustos caducos, lugares del jardín a menudo difíciles de diseñar. 

El Dryopteris affinis es un helecho terrestre vivaz con rizoma corto y robusto perteneciente a la familia de las dryopteridáceas. Es originario de los sotobosques húmedos de árboles caducifolios de Europa occidental y del suroeste, pero también de Asia central. Esta especie soporta muy bien el frío y se desarrolla en regiones con alta pluviosidad, en humus no calcáreo. En unos pocos años forma un mechón armonioso, divergente y denso, de al menos 1 m en todas direcciones. En primavera surgen de la cepa los 'cruces', bonitos brotes enrollados cubiertos de escamas doradas. Se despliegan en frondes juveniles muy ornamentales, también doradas. Las frondes adultas son bi-pinnadas, semipersistentes a persistentes según la rigurosidad del invierno, de color verde claro. Pueden alcanzar 1,20 m de longitud y conservan en la memoria de su juventud un raquis y un pecíolo escamoso y dorado. Las esporas, que son los órganos de reproducción de los helechos, se forman de junio a septiembre en el reverso de las frondes, agrupadas en pequeñas bolsas marrones llamadas soros.

Este magnífico helecho ama los taludes sombríos y frescos, arraigado en un suelo ácido poco calcáreo, y realmente luce espléndido en regiones húmedas. Pode las antiguas frondes a principios de primavera, ya que es en ese momento cuando apreciará plenamente este helecho. Se planta de forma aislada contra una pared al norte, cerca de una entrada, o apoyada en un pórtico al norte, para ser admirada. Es majestuosa en macizo, rodeada de un círculo de vivaces de sombra tapizantes, como las buglas rastreras, ortigas muertas, flores de elfo. También merece un lugar destacado en la terraza, siempre a la sombra, en una hermosa jarra a la altura de su elegancia.