Pseudanthus tasmanicus Radiance

El Pseudanthus tasmanicus Radiance es una encantadora planta cubresuelos, formando un tapiz de hojas redondas persistentes, de un verde oscuro abigarrado de blanco y rosa, en tallos rastreros. Este color se intensifica en tiempo frío. Apreciando suelos bastante ácidos, drenados, se reserva para climas templados ya que su rusticidad no supera los -7°C. Sin embargo, será excelente en macetas y en suspensión, al sol o a media sombra.

Los Pseudanthus constituyen un pequeño género muy poco común, que solo crece en Australia y pertenece a la igualmente desconocida familia de las Picrodendráceas (anteriormente clasificadas entre las Euforbiáceas). El Pseudanthus tasmanicus, originario como su nombre indica de Tasmania - una isla al sur de Australia - forma un cubresuelos denso con largos tallos entrelazados, portando pequeñas hojas redondas o un poco ovales, persistente, que impiden eficazmente que las "malas hierbas" crezcan. El conjunto puede alcanzar, en buenas condiciones, 50 cm de altura por 1 m de envergadura.

La variedad Radiance tiene un espléndido follaje irregularmente abigarrado de blanco y rosa, muy gráfico, en tallos rojo-rosados. Esta coloración tiene la particularidad de intensificarse cuando las temperaturas bajan. Su floración, bastante anecdótica, ocurre en marzo y abril, en forma de pequeñas estrellas blancas.

El Pseudanthus Radiance requiere un suelo más bien ácido, fresco pero drenado, al sol no demasiado fuerte o a media sombra. Dadas sus orígenes, su rusticidad no es excelente: evite temperaturas por debajo de -6 / -7°C. Si tiene la suerte de vivir en una zona de clima benigno, utilice el Pseudanthus como cubresuelos para sus bordillos de macizo, sus rocallas frescas o sus taludes. Si sus inviernos son más rigurosos, puede usarlo en macetas o en suspensión, donde resultará muy atractivo con sus largos tallos colgantes. Solo necesitará regarlo regularmente, luego resguardarlo en un lugar protegido y luminoso durante el invierno.

Puede ser útil aplicarle una ligera poda a finales de verano, para densificarlo y realzar su color con la emisión de nuevos brotes.

Asócielo con otras plantas oceánicas, como planta cubresuelos al pie de un Lomatia myricoides, de un Tristaniopsis, o de un Eucalipto niphophila con su hermosa corteza gris y verde. Juegue con la combinación de colores colocándolo al pie del arce japonés 'Asahi Zuru', o del Zelkova 'Goshiki', pequeños árboles que también poseen un follaje abigarrado de blanco y rosa.