Phalaris arundinaceae - Alpiste cinta

Phalaris arundinacea, también conocida como Alpiste cinta, es una planta vivaz rizomatosa de orillas o bordes de charcas. Esta gramínea de hojas estriadas se asemeja mucho al junco, presenta un porte en mata ancha y muestra grandes inflorescencias plumosas de la primavera al verano. Es una planta muy común en la naturaleza y, sin embargo, asombrosa, que guarda muchos secretos, tanto en el ámbito médico como en la búsqueda de energías renovables.

Phalaris arundinacea pertenece a la familia de las Poáceas (anteriormente gramíneas). Su área de distribución abarca todo el hemisferio norte. El Alpiste cinta es común en casi toda Francia, incluida Córcega, pero más raro en la región mediterránea. Esta planta forma pequeñas matas de estrechas hojas basales, de 40 cm de largo, de donde emergen tallos erguidos estriados, de 120 a 150 cm de altura, coronados por inflorescencias plumosas de diminutas flores, alquemilas en la madurez. Sus flores forman una paniculada alargada (5-25 cm) ramificada y extendida en la floración, luego estrechada de verde blanquecino a violáceo. Toda la parte aérea de la planta es verde, sus rizomas, negros, son largamente rastreros y capaces de penetrar suelos muy duros.

La Alpiste cinta es plenamente rústica. Crece en cualquier tipo de suelo de jardín que no se seque en verano. Se puede plantar a pleno sol o en media sombra. A pesar de su preferencia por terrenos húmedos, esta planta soporta largos periodos de sequía. Planta gráfica y ornamental, Phalaris arundinacea posee un rizoma rastrero útil para la vegetalización de las orillas de un estanque natural o de un gran cuerpo de agua. También es apreciada en la lagunación por sus capacidades para fijar el suelo alrededor de los puntos de agua. Según algunos estudios, el alpiste mejoraría la calidad de los suelos y la diversidad de los sitios donde se cultiva.

Phalaris arundinacea también se cultiva como forraje. Además, proporciona fibras utilizadas en la fabricación de pasta de papel. En estudios realizados para la búsqueda de alternativas a las energías fósiles, el Alpiste cinta se destacó claramente entre otras plantas probadas. Es capaz de adaptarse perfectamente a la estructura empobrecida y contaminada de las antiguas zonas industriales. La reutilización de estos sitios permitiría desarrollar el cultivo de esta planta a gran escala sin interferir en tierras ya utilizadas para la producción alimentaria.