Astilboides tabularis

La Astilboides tabularis es una magnífica planta vivaz de media sombra fresca a húmeda que encanta tanto por su exuberante follaje, por su vaporosa floración estival blanco crema, pero también por sus colores de otoño. Relacionada con las Rodgersias, su floración evoca la de una astilbe y sus hojas a las del pétasites gigante. Originaria de regiones bastante frías de China y del norte de Corea, esta hermosa planta resiste bien a nuestros inviernos. Prospera en suelos ricos y húmedos constantemente, a menudo en las orillas de arroyos. En el jardín, se utilizará la Astilboides tabularis para aportar un toque de exuberancia y exotismo en lugares a la vez húmedos y ligeramente sombreados.

La Astilboides tabularis pertenece a la familia de las saxifragáceas. Se trata de una planta herbácea vivaz cuya raíz rizomatosa se extiende lentamente con el tiempo. Su vegetación aérea, caduca, emerge de la tierra en primavera y se seca en otoño. En su madurez, forma un mechón de 1 m en todos los sentidos (para el follaje). Las hojas, de color verde claro, evocan por su forma un plato de tarta dentado, están dispuestas planas sobre un largo pecíolo que las mantiene en su centro, por debajo. Estas hojas pueden medir hasta 60-70 cm de diámetro, su lámina foliar rugosa está atravesada por venas radiantes muy marcadas. Basta con que el pecíolo se curve para que la hoja se incline de manera realmente graciosa. Estas hojas, todas arrugadas al nacer, se despliegan con mucha gracia, como las alas de una mariposa. En otoño, se colorean de amarillo y chocolate antes de secarse. La floración tiene lugar en junio-julio. Las flores diminutas, llevadas en tallos sólidos que emergen de la raíz a más de 1.20 m de altura, a veces hasta 1.50 m, son de color blanco crema y se agrupan en espigas ligeras y colgantes que miden 20 cm de largo por 6 cm de ancho.

La Astilboides tabularis ama, incluso adora, la media sombra, los lugares luminosos pero sin sol directo y tolera mal la competencia de las raíces de los árboles. En la sombra demasiado densa, esta planta no florece. Le gustan los suelos humíferos, ricos, que permanecen frescos o incluso húmedos en verano. Se planta ya sea aislada en el borde de un macizo, o por el contrario en el fondo del macizo, a lo largo de un muro expuesto al norte o incluso en las orillas de un punto de agua. Se puede asociar con otras plantas de ribera o en el borde de un bosque con Fargesias, rodgersias, Filipendula y otras barbas de cabra (Aruncus).