Colocasia Madeira

El Taro Madeira es una nueva y sorprendente variedad de Oreja de Elefante, seleccionada en EE.UU. Con un porte muy compacto, esta asombrosa planta vivaz de aspecto exótico resulta ser mucho más resistente de lo que parece. Formando un mechón opulento con un porte ligeramente colgante, es simplemente magnífica, envuelta en su amplio follaje plisado y aterciopelado de color negro, venado de azul, como suspendido de muy bellos pecíolos rosados a rojos. Esta planta capaz de soportar heladas de hasta -15°C se cultivará sin preocupaciones en el jardín, con protección invernal, o como planta de interior. Aprecia suelos húmedos a frescos, y una exposición bien soleada para intensificar el color negro de sus grandes hojas. 

Probablemente originaria de la India, el Taro verdadero, Colocasia esculenta, se ha extendido hace mucho tiempo en las regiones tropicales de América del Sur y Oceanía, y más tarde en África tropical. Esta planta vivaz rizomatosa es pariente de los Arums y los Ipomeas, perteneciendo a la familia de las aráceas. El cultivar 'Madeira' es una selección americana muy compacta, capaz, según quien la cultive, de sobrevivir a los inviernos de Kentucky, es decir, a la zona USDA 6b. Se trata de una planta herbácea vivaz que se desarrolla a partir de un rizoma tuberoso, formando un cormo escamoso, cubierto por una piel gruesa. La planta adulta no superará los 90cm de altura por 70-90 cm de diámetro. Está compuesta por un magnífico follaje peltado, en forma de corazón alargado, primero verde venado de azul cuando es joven, adquiriendo luego un tono mucho más oscuro. La textura gruesa de las hojas, plisada o estriada, suave como terciopelo, recuerda un poco al ante o la gamuza. Este color negro se acentúa con una exposición directa al sol. El limbo de las hojas puede alcanzar los 50 cm de longitud por 35 cm de ancho, sostenido por un largo pecíolo rosa-rojo violáceo, envainado en la base. La superficie de las hojas deja deslizar el agua, poseyendo un buen poder repelente. Durante su crecimiento, la planta se ramifica desde la base, lo que le permite mantenerse compacta. Al eliminar una hoja vieja, dos nuevas la reemplazan. La floración, bastante rara en nuestros climas, tiene lugar en verano, en forma de espatas amarillo pálido delicadamente perfumadas que se asemejan a las de los arums.

En el jardín y en la casa, el Taro Madeira es una planta espectacular pero de fácil cultivo. Le gusta una exposición soleada y suelos fértiles y frescos, mostrándose resistente hasta -15°C, ¡lo cual es todo un logro para una planta tropical! Se destaca como punto focal en una decoración contemporánea o exótica, ya sea en la terraza plantada en una gran maceta o en los bordes de un punto de agua. Esta planta voraz se lleva bien con los arums, los plátanos (Musa basjoo) o los helechos arbóreos cuya magnificencia recuerda a los bosques antediluvianos.

El Taro verdadero se consume en África, China, Polinesia y en varias partes del mundo. Se consumen sus tubérculos, ricos en almidón, y sus hojas jóvenes como espinacas.