Draba sakurai

Draba sakurai, la Drave de Sakurai es una pequeña planta alpina rara en cultivo, nativa de las montañas de la Isla de Honshu, en Japón. Es una pequeña vivácea de rocalla robusta y rústica que no teme a la nieve. Se desarrolla en un cojín denso, persistente en invierno, y forma rosetas que recuerdan a las de una saxifraga. Su floración blanca, delicada, es una de las primeras en animar el jardín de rocalla después del invierno.

Esta Draba sakurai es una planta herbácea de la familia de las brasicáceas, como el colza y la mostaza india. Su crecimiento es bastante lento, no superará los 5-10 cm de altura, extendiéndose sobre unos veinte centímetros en el suelo. Este porte particular en cojín es característico de las plantas de montaña, esta disposición las protege del viento, del frío y de la sequía.  Entre marzo y abril, según el clima, aparecen sus pequeñas flores de 4 pétalos blancos, reunidas en racimos en el extremo de cortos tallos foliados. Emergen de pequeñas rosetas basales compuestas de pequeñas hojas rugosas, de un verde un poco grisáceo, midiendo  2 cm de largo, ovales, alargadas, con bordes provistos de seda. La vegetación persiste en invierno.

La Draba sakurai encontrará naturalmente su lugar en las rocallas, en una ubicación muy luminosa, en un suelo perfectamente drenado, pero que retenga algo de frescura en verano. Temerá las fuertes lluvias invernales, pero no la nieve que le protege del frío y de la humedad excesiva. También se puede plantar entre las piedras de un muro. Para acompañarla, piensa, por ejemplo, en los iris reticulados, saxífragas, campanillas de muro, Arabitas, Erinus alpinus... pequeñas plantas de montaña que no correrán el riesgo de sofocarla.