Echium candicans - Tajinaste blanco

El Echium candicans (sinónimo fastuosum) es una hermosa viborera silvestre, una especie botánica de gran belleza, originaria de la isla de Madeira. Su floración primaveral a estival es espectacular, en forma de largos espigones densos, predominantemente azules, compuestos por una multitud de pequeñas flores blancas, azul zafiro a azul violeta, mezcladas con sedas blancas. Por encima de un gran mechón cubierto de un follaje verde grisáceo y sedoso, un enjambre de insectos polinizadores se agita incansablemente, indiferentes al calor abrasador. Encontrará su lugar en taludes, rocallas, bordillos y macizos de inspiración natural, en nuestras regiones que se ven libres de heladas intensas.

El Echium candicans es una planta arbustiva de madera blanda y raíz pivotante de la familia de las boragináceas, originaria de Madeira, frente a Portugal. Esta planta forma el primer año un gran arbusto denso de 1,50 m de altura por 2,50 m a 3 m de envergadura y florece a partir del segundo año, e incluso del tercero. Esta vivaz de corta vida desaparece al cabo de 5 a 7 años, pero se siembra espontáneamente en suelos ligeros o pedregosos. El follaje verde grisáceo con puntas rojizas, crespo, lanceolado, está cubierto de pelos rígidos que le confieren un aspecto algo grisáceo y a veces pueden resultar irritantes al contacto con la piel. Las hojas se agrupan en grandes rosetas en el extremo de las ramas. La floración se produce de marzo a mayo-junio (según el clima), en forma de magníficos espigones azules, de 20 a 50 cm de longitud, erguidos por encima de la masa del follaje y visibles desde lejos. Es imposible no verlos, incluso entre la vegetación densa o las hojas secas. Esto se debe probablemente a que las diminutas flores de 12 mm de diámetro adoptan diferentes tonalidades que van desde el blanco al violáceo, y están realzadas por estambres de color rosa a carmesí. Esta planta resiste a temperaturas a veces ligeramente inferiores a -2°C, en suelos perfectamente drenados, y tolera perfectamente la sequía.

La Viborera de Madeira es una planta resistente en climas suaves y en la costa, que soporta la salinidad, los suelos pobres y calcáreos, siempre que estén bien drenados, pero requiere pleno sol para florecer. Se utiliza en grandes rocallas, macizos en suelo drenado, y por supuesto en jardines secos. Se puede asociar en zonas naturales con Damasquinas, Lino azul, ammis, esparceta, alfalfa, acianos anuales, facelias y guisantes tuberosos. Combinada con salvias arbustivas rojas o azules, con Salvia leucantha, con Aloe arborescens y con Ebenus cretica de espigas rosadas y peludas, en una ladera seca de la rocalla, forma una magnífica asociación. Esta planta también se comporta bastante bien en una maceta grande que se puede guardar en invierno. Es notablemente melífera y tiene la facultad de producir continuamente néctar, poniendo así esta preciosa fuente de alimento a disposición de los insectos polinizadores. La miel de las abejas que se alimentan de Echium posee cualidades buscadas; un hermoso color ámbar, una baja capacidad de cristalización, un perfume suave y floral.

En la Edad Media, los partidarios de la doctrina de las firmas atribuían a los Echium virtudes antiveneno debido a la semejanza de los tallos con la piel de la serpiente y la forma de los frutos que evocan una cabeza de víbora."